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Izaskun Errazti
Sábado, 8 de febrero 2025, 18:19
Si el próximo viernes, día de San Valentín, recibe una caja de bombones como regalo no lo subestime, porque, aunque no se trate de un presente demasiado original, cotiza al alza. El cacao, ese superalimento que reporta enormes beneficios a nuestra salud, nos levanta el ... ánimo y nos da placer, vive la peor crisis en casi medio siglo y su precio en el mercado se ha disparado. Un 54% desde noviembre.
Para entender los motivos que han provocado la 'crisis del chocolate' hay que volver la mirada a África Occidental, más en concreto a Costa de Marfil, país que junto con Ghana es responsable de más del 60% de la oferta mundial de esta materia prima que antaño fue considerada placer de dioses. Allí, las cosechas no van bien, se han desplomado por factores meteorológicos como 'el Niño', un fenómeno cíclico que ha elevado las temperaturas. Además, los cacaotales están viejos -la última gran plantación en África se remonta a la década del 2000-, y algunas enfermedades, como el hongo de la vaina negra, se han cebado con la producción local, que se ha ido el traste.
La industria también sufre por problemas como el elevado precio de los fertilizantes, las malas cosechas de los últimos cuatro ejercicios y las dificultades económicas derivadas de los altos tipos de interés. Con este panorama, la campaña 2024-25 no crecerá como se esperaba y el 'oro marrón' que la civilización maya utilizaba como moneda de cambio, se mantendrá así, a precio de oro. Si en 2023, la tonelada de cacao se vendía a 2.400 euros, el pasado año su valor alcanzó los 10.600 euros, precios que pueden acabar convirtiendo el chocolate en artículo de lujo, como ocurrió recientemente con el aceite de oliva virgen, que casi acaba transformando en 'joyerías' algunos lineales de los supermercados.
10.000 euros
por tonelada de cacao. Así se cotizó en 2024. Un año antes costaba 2.400 euros.
En España, los técnicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) son especialistas en misiones complejas. Lo demostraron con el aguacate, el mango y el fresón y ahora el desafío es el cacao: cosecharlo en el país y sin hacer uso de la calefacción, aunque se trate de un cultivo propio de regiones tropicales y subtropicales.
Iñaki Hormaza es el investigador del CSIC que dirige el proyecto que arrancó hace un lustro en la finca La Mayora de Málaga, donde se aloja el Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea. Fue a instancias de una firma chocolatera sevillana, La Despensa de Palacio, «que quería hacer una pequeña producción con cacao español», cuenta el experto, doctor en Biología Vegetal. «Les dije que no era posible, que en Málaga se había intentado cultivar cacao en el exterior desde el siglo XVII y que, pese a que los inviernos son suaves, resultan demasiado fríos y el grano se acaba muriendo», recuerda.
Son muchos los jardines europeos en los que se cultivan cacaoteros, pero siempre en invernaderos y con calefacción, porque por debajo de los 15 grados la planta sufre. En La Mayora el reto era producirlo sin emplear ninguna fuente de calor, y acabaron consiguiéndolo, convirtiéndose en el primer lugar de la Europa continental donde se logra algo así. Otras zonas de inviernos suaves, como «la costa mediterránea, la granadina, un poco Almería y las islas Canarias», también valdrían como banco de pruebas para desarrollar esta tecnología.
En Málaga, explica Hormaza, el ensayo se llevó a cabo en un invernadero de gran tamaño «donde tienes una regulación de temperatura pasiva, se calienta simplemente con el sol. Luego hay que evitar que ese calor se pierda, para lo que se utilizan unas estructuras térmicas». Pese a las dudas iniciales, el experimento funcionó y las bayas de cacao ya han sobrevivido a cuatro inviernos. La primera cosecha, que data de enero del pasado año, se saldó con ochenta frutos recogidos de un centenar de plantas.
A día de hoy, resulta impensable que España pueda convertirse en un gran productor de cacao, como ocurrió con la chirimoya que, gracias a los avances científicos, ahora se cultiva con total normalidad en Granada. «Es difícil que eso ocurra», admite el investigadordel CSIC. «Los costes de producción son muy altos. Y el cacao, además de la cuestión de la tempeatura, presenta otro problema añadido. Al ser originario de América se poliniza a través de unos pequeños insectos, unas moscas que aquí no están. Eso nos obliga a polinizar de forma manual las flores, lo que supone un coste añadido y una producción muy baja», añade.
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El proyecto liderado por el CSIC no permite, de momento, surtir de cacao al mercado español ni mucho menos redundar en una bajada del precio del producto. «Estamos hablando de una producción muy testimonial, una producción a pequeña escala, de alta calidad, gourmet», apunta el portavoz de La Mayora. Eso era lo que buscaba La Despensa de Palacio, ampliar su oferta de exquisiteces con un chocolate 100% español. Pero el objetivo de los investigadores es otro: «Queremos trabajar desde aquí para resolver algunos problemas que están teniendo los países productores», aclaran. Así, Hormaza y su equipo permanecen en conexión con explotaciones de América Latina para optimizar las plantaciones de pequeños productores y mejorar el rendimiento de sus tierras.
«Nuestra función es hacer investigación, ver qué dificultades soportan estos agricultores y cómo superarlas». Se trata, señala el experto, de problemas asociados al cambio climático, como las intensas lluvias que arrasan las zonas productoras y las temperaturas extremas, que muchas veces van asociadas a nuevas plagas y enfermedades que antes no existían y que ahora son mucho más dañinas».
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