El caso del escolar con un dedo semiamputado a cuenta de la ventilación cruzada

La Junta se reconocía responsable del daño, pero en ambos casos había desacuerdo en la cuantía de la indemnización. Por eso llegaron hasta el Consejo Consultivo, que estima parcialmente los planteamientos de los reclamantes.

Se trata de dos accidentes ocurridos en mayo de 2021. El protagonista del primero es un escolar de 6 años que pide permiso para ir al baño en mitad de la clase de Música. Una corriente de aire originada por la ventilación cruzada de obligada aplicación en el centro cierra la puerta exterior de los aseos con la mala fortuna de que pilla uno de los dedos de pequeño seccionándole parte de la yema. Aseguran a la familia que una papelera sujetaba la puerta, pero que alguien debió de retirarla. El escolar requirió atención hospitalaria, tras una primera atención en el colegio con hielo, taponamiento de la herida y recogida de la parte seccionada del dedo por si era posible un posterior reimplante. «El hecho de que la puerta permaneciese abierta sin ningún tipo de sujección le ha causado al alumno una lesión que se podría haber evitado si dicha puerta hubiera permanecido fijada de alguna forma evitando así cualquier situación peligrosa para la comunidad educativa», refleja el dictamen del Consultivo.

La Junta valora el daño en 5.210,33 euros y el peritaje presentado por la familia en 8.394,39. El dictamen que invita a la Consejería a revisar la cuantía cita al Tribunal Supremo. Sentencias de este órgano reconocen que una Administración «no es responsable de todos los resultados lesivos que puedan producirse por el simple uso de instalaciones públicas, sino que, como antes señalamos, es necesario que esos daños sean consecuencia directa e inmediata del funcionamiento normal o anormal de aquella». Entienden en el Consultivo que esa última circunstancia se da en este caso, porque »el daño sufrido por el alumno ha sido consecuencia de una falta de medidas de seguridad por parte del centro educativo«, concluye el dictamen del Consejo.

Tras el accidente, desde el centro educativo se requirió al Ayuntamiento que retirara las puertas exteriores de los aseos.

Una escolar de 11 años centra el segundo de los casos de reclamación. Es 31 de mayo de 2021 y la niña sale al patio a disfrutar del recreo. Resbala al pisar una alfombrilla desinfectante cayendo de rodillas sobre una rejilla metálica instalada para evitar que los niños metan barro al edificio los días que llueve. «Dicha alfombra se desplazó por carecer de antideslizante y encontrarse completamente deteriorada la `cinta de carrocero´ con la que se había pegado al suelo tratando de evitar ese desplazamiento», recoge el dictamen del Consejo Consultivo. El resultado fueron dos cortes profundos en la rodilla, lo que motivó que tuviera que ser trasladada en ambulancia al hospital para ser tratada.

Desde el colegio se argumenta que la niña podría haber saltado desde una escaleras, algo con lo que la madre se muestra en desacuerdo y aporta fotografías al Consultivo que muestran la distancia que hay entre esas escaleras y la puerta de acceso en la que estaba alfombra anticovid, además de apuntar la existencia de percances similares previos al que sufrió su hija. Desde el Consejo dan carta de veracidad a la progenitora.

La familia presenta un peritaje que valora el daño en 8.116,12 euros por 30 días de perjuicio moderado, 40 días de perjuicio básico, 5 puntos de secuelas estéticas, más gastos farmacéuticos, mientras que la Junta rebaja esa cuantía hasta los 6.181,78 euros. El Consejo Consultivo estima parcialmente la reclamación de la familia e insta a la Junta a actualizar la cuantía de la indemnización.

Son dos casos incluidos ligados a la actividad educativa y tratados como accidentes escolares, pero la espoleta que los causa tiene su origen en medidas anticovid aplicada en colegios e institutos para evitar contagios.