Los primates vivían en instalaciones con césped, enrejadas y con las típicas barras de zoológicos para sus monerías. Hasta que, la noche de este miércoles, 43 escaparon del perímetro de Alpha Genesis, un centro de investigación de Estados Unidos. Los animales corrieron a los bosques cercanos, donde las autoridades han podido observarlos, mientras desde este jueves les tienden las trampas necesarias para que vuelvan a su encierro.
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Para los vecinos de Yemassee, una pequeña ciudad de Carolina del Sur, supone un incordio que sigan libres. La policía local les ha pedido que no intenten interactuar con ellos ni les alimenten, y que cierren bien puertas y ventanas.
El personal de la compañía, que atiende a la industria privada y a entidades públicas en sus requerimientos de ensayos con seres vivos, les intenta atraer con comida, para que vuelvan por «propia voluntad». También usan cámaras térmicas para localizarlos. Hasta ayer no se había reportado la primera captura. Al principio traspasaron las rejas 50 ejemplares, pero siete se quedaron rezagados y fueron recapturados.
Los que permanecen cautivos en ese lugar son –en su mayoría– especies de macacos y capuchinos. En todo caso, «pequeños», según el alcalde del poblado, que habló a medios locales como 'The Hampton County Guardian'. También dijo que no había punto de comparación con 'El planeta de los simios'.
Pero el silencio de Alpha Genesis despertaba sospechas: ¿para qué experimento usaban a los monos? ¿Son portadores de virus o enfermedades? Dos días después de la escapada, dieron, por fin, algunos datos tranquilizadores: se trata de «hembras muy jóvenes», de unos tres kilos de peso, que «nunca habían sido utilizados para pruebas clínicas». No tienen suficiente edad.
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En la web corporativa informan que utilizan a los «primates no humanos para avanzar en un conocimiento» que ayude a la «salud humana». Con estos fines mantienen a unos 5.000 especímenes de mono, que provienen de África, América del Sur y el Caribe, como los pequeñísimos titis y los curiosos verdes africanos. Los crían allí, garantizan, y aclaran que son prácticas «humanitarias».
Los primeros estudios de esta empresa, que ha ido creciendo y absorbiendo otros repositorios de 'cobayas', datan de los años sesenta. Entonces desarrollaban la vacuna contra la polio. Ahora también intervienen en ensayos de cáncer, diabetes, esclerosis, distrofia y otras enfermedades.
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No es la primera vez que ocurre una evasión en este Alcatraz faunístico. Hace diez años huyeron 26 y hace ocho, 19, informa 'Usa Today'. Al parecer, esta vez un cuidador dejó abierta su jaula. Se desconoce si tenía intención libertaria. Tal vez las investigaciones de «comportamiento» que realizan también tengan relación con la inteligencia de los monos, comparada con la de sus captores. Si salen, ya se sabe quién tiene más cociente intelectual.
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