Laura, con un libro de Federico García Lorca Ramón L. Pérez

Laura García Lorca

Presidenta Centro Federico García Lorca y gestora cultural

«La poesía es para todas las estaciones»

Un verano a la última ·

Sobrina del poeta universal, trabaja para que el centro que lleva su nombre en Granada se convierta en un laboratorio de ideas que dialogue con el mundo

Javier F. Barrera

Miércoles, 7 de agosto 2024, 00:45

Hormigón, libros y sombra. No es mal plan para el Centro Federico García Lorca, pegadito a la Catedral de Granada en el centro de la ciudad de la Alhambra. Así, escrito todo junto, es un algoritmo imbatible: Lorca, Granada, Alhambra. Por ello, Laura García Lorca, ... sobrina del poeta universal, está decidida a que el lugar sea un laboratorio de ideas que dialogue con el mundo, los estudiosos y los visitantes. Entre medias, letras, sentimientos y futuro.

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– ¿La poesía es para el verano?

– Creo que la poesía es para todas las estaciones. Quizás incluso menos para el verano que para otras porque a veces este tiene una necesidad de más ligereza, que también se encuentra desde luego en la poesía, pero no creo que sea su mejor vestido, como decía Lorca de Granada, que escribió que «el otoño era el mejor vestido de Granada».

– ¿Qué tiene Federico García Lorca de verano?

– Federico tiene, como tan maravillosamente explicó en su conferencia 'Cómo canta una ciudad de noviembre a noviembre', una especial atención general a todas las estaciones. En esa conferencia lo que cuenta es la transformación de la ciudad, los colores, cuando las flores se marchitan, las hojas empiezan a caer, llega el invierno, la nieve. Relaciona las cosechas con el paisaje, con el cielo, las canciones que se cantaban en Granada de cada temporada. Presta atención a todas esas transformaciones de la ciudad y del campo.

– 'I read, much of the night, and go south in the winter' ('Yo leo, buena parte de la noche, y en invierno me voy al sur'), escribe T. S. Elliot en 'La Tierra Baldía'. Pregunta triple: ¿Cuándo lee? ¿En qué momentos del día? ¿Y adónde iría?

– Leo a veces por la mañana en el ratito del desayuno, me gusta empezar con algo placentero, no con el periódico, con perdón. Leo en cualquier momento, busco el tiempo, que me gustaría que fuera más. Y sí, el tópico de siempre, en verano, en el mes de agosto es cuando más puedo leer y cuando más leo. Tienes tiempo por delante y no te entra sueño a las tres páginas. O tienes que salir pitando a una reunión. Es esa sensación placentera de antes, de cuando éramos más jóvenes, de poder dedicarle horas. Tengo la suerte de que puedo leer en la playa, a mucha gente no le gusta nada y a mí sí.

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– ¿Cuáles son sus obras, sus autores, sus poemas favoritos de todos los tiempos, de su vida?

– ¡Ups! De lecturas tempranas, no voy a hablar de las infantiles. Pero sí de la adolescencia. Por ejemplo, 'El guardián entre el centeno' (lo dice en inglés). La autora americana Willa Cather, Jane Austen, Turguénev el ruso. De poesía E. E. Cummings, las policiacas Ross Macdonald, Raymond Chandler. Chejov es muy importante y Goncharov que lo he leído más recientemente y fue un descubrimiento. También César Vallejo. Son algunos de los importantes.

– ¿Qué lee ahora?

– Ahora estoy leyendo una novela de una alemana, 'Los Effinger, una saga berlinesa', de Gabriele Tergit, y un poemario, 'Raíz Dulce, de Juan F. Rivero. Recientemente a Mariana Enríquez, aunque me muero de miedo y a veces no puedo leerla de noche, y Ali Smith. Pero todavía no he hecho la montañita de libros típica del verano, porque no gasto libro electrónico.

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– ¿Qué no leerá nunca?

– (Se queda pensando) Si soy sincera, poco ensayo. Puedo leer algunos cortos y que me interesen inmediatamente. No lo digo con orgullo ni muchísimo menos, me gustaría tener esa clase de cabeza, pero no es lo mío.

– ¿Qué supone apellidarse García Lorca?

– Todo el mundo acarrea con su apellido una historia muy larga. Una historia que creo que es universal, que a una le marca. Y el apellido García Lorca, como tantos otros, conlleva violencia, exilio, mucho peso de la tristeza y también un lazo con la maravilla, el disfrute, la alegría, la emoción y con la cercanía a otras personas del mundo.

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– ¿Qué peso tiene llevar el Centro Federico García Lorca?

– Es obvio que es un peso. La mejor manera de llevarlo es siendo lo más activo posible y con proyectos que valen la pena. Conlleva la parte que he dicho antes de comunicar con el mundo, con creadores, artistas, investigadores que son fuente de alimento enorme.

– Recomiende unas buenas razones para que nuestros lectores visiten el Centro Federico García Lorca...

– Está a punto de ser un centro para lo que se ha creado, un espacio de actividad permanente en torno a un archivo, a unos miles de papeles que caben en un espacio muy pequeño y que están en continua transformación a través de sus lectores, artistas, escritores, investigadores... que mantienen un diálogo vivo con esos papeles, y la vida de esta persona que duró tan poco, que acabó tan violentamente y que ha dejado una huella muy profunda, íntima en muchísimas personas de distinta condición del mundo entero. Con los nuevos presupuestos, y espero que con ayudas de patrocinios públicos y privados, podamos cumplir la misión del Centro Federico García Lorca, un poeta universal.

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