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Uno de los grandes misterios del alpinismo podría quedar resuelto si se confirma que se han hallado los restos de Andrew Comyn Irvine en el Everest. Irvine acompañó a George Mallory en una de las primeras tentativas de ascenso al techo del mundo. Corría el ... año 1924. Los restos de este último fueron hallados en 1999. Ahora, un equipo de National Geographic cree haber dado con una bota y un calcetín del primero. Faltaría por encontrar la cámara de fotos que llevaron en aquella expedición para certificar que habían hecho cumbre. Sería la prueba definitiva que el techo del mundo se holló por primera vez hace un siglo y no en 1953 por Tenzing Norgay y Edmund Hillary.
El descubrimiento conocido hoy ocurrió realmente hace unas semanas. Entonces, un equipo de documentalistas de la conocida revista liderado por el alpinista y cineasta Jimmy Chin, topó con una bota derritiéndose en el hielo cuando recorrían el glaciar Rongbuk Central, que descansa a los pies de la cara norte del Everest. «A medida que se acercaban, se dieron cuenta de que el cuero agrietado estaba viejo y desgastado y la suela estaba tachonada y sujeta con los clavos de acero con patrón de diamantes de una época pasada de la escalada», relatan. En su interior encontraron un pie y un calcetín con un nombre cosido: A.C. IRVINE.
Recorrían esta zona porque días antes de dar con la bota habían encontrado una botella de oxígeno de 1933 que correspondía a una expedición británica posterior. Fue esta la que halló un piolet del propio Irvine en lo alto de la cresta noreste, lo que hizo pensar a Chin y su equipo que si este había caído por la cara norte, sus restos no deberían quedar lejos. Estaban en lo cierto. «Es un objeto que le pertenecía y tiene un trozo de él en él. Cuenta toda la historia sobre lo que probablemente sucedió», declaró la sobrina nieta de Irvine al conocer la noticia. Los restos serán sometidos a pruebas de ADN para certificar su identidad.
El hallazgo no aclara lo que ocurrió hace 100 años. ¿Llegaron Mallory e Irvine a la cima? Irvine llevaba consigo una cámara de bolsillo 'Kodakvest Pocket' popularizada por los soldados de la Primera Guerra Mundial. El siguiente objetivo será dar con la máquina de fotos y comprobar si en su carrete para ocho fotos hay alguna desde el punto más alto del planeta. Lo que tampoco se ha encontrado es la foto de su mujer que llevaba Mallory y que prometió dejar en la cúspide.
La expedición de 1924 fue la tercera promovida por el Imperio Británico para resarcir su mancillado honor. La otrora gloriosa potencia mundial había visto cómo se les habían adelantado en la llegada a los Polos, el norteamericano Robert Peary al septentrional en 1909 y el noruego Roald Amundsen al meridional en 1912. Quedaba la alternativa de alcanzar antes que nadie el techo del mundo.
En 1921, la Royal Geographic Society organizó una primera expedición que fue básicamente de reconocimiento. Con Mallory entre los expedicionarios, sirvió para hacer nuevas mediciones de la altura. Calcularon que alcanzaba los 8.839 metros, diez menos que los que se le atribuyen en la actualidad. Solo un año después acometieron una segunda ascensión que pudo superar los 8.000 metros de altura. En ese punto tuvieron que dar la vuelta después de que una avalancha acabara con la vida de siete de los porteadores. Fue la primera vez que se probaban los respiradores de oxígeno. La protagonizada por Mallory e Irvine estaba inicialmente prevista para 1923 pero la quiebra de un banco aplazó un año el proyecto.
Encabezada por el general de brigada Charles G. Bruce, que habría de renunciar durante la aproximación al enfermar de malaria, el equipo de 12 miembros estaba integrado casi en su totalidad por veteranos de la Primera Guerra Mundial. Irvine, con 22 años y remero de Oxford, era el más joven de la expedición y el menos avezado en la escalada. Pero nadie mejor que él conocía el funcionamiento de las botellas de oxígeno. Les acompañaba una caravana de casi cien porteadores con yaks, un bóvido más resistente a la altura que las mulas y los caballos. Alcanzaron el collado norte en el mes de mayo, donde estuvieron bloqueados durante una semana por un temporal de nieve. Para entonces, el centenar de porteadores se había visto reducido a 15, los 'tigres', los más fuertes. El resto se habían negado a continuar.
El asalto a la cumbre se hizo desde una altura de 7.680 metros. Tras dos intentos fallidos por diferentes parejas llegó el momento de Mallory e Irvine. A diferencia de las tentativas previas, se ayudarían de oxígeno suplementario. Esto explicaba la presencia de Irvine. Partieron el 6 de junio por la mañana con comida para un solo día. Nunca más se supo de ellos.
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