La FP tiene una empleabilidad superior a la media, 14 puntos más que quien se quedó en ESO

Son las principales conclusiones de un estudio realizado por la Fundación Universitaria San Pablo CEU y Randstad que, fundamentalmente, analiza la situación profesional de estos técnicos, tanto medios como superiores, cinco años después de haberse titulado. Su tesis es que la buena adecuación entre esta formación y el empleo, aunque tiene margen de mejora, es la que explica que el número de titulados en FP se haya doblado en 15 años en España (más de un cuarto de millón anuales) pese la disminución de jóvenes, una cifra que creen que seguirá al alza porque el mercado español cada vez tiene menos trabajo para quien se quedó en la ESO o ni siquiera la aprobó.

Los titulados en FP, un lustro después de concluir sus módulos, tienen una tasa de empleo unos cinco puntos más alta que la media del país en su misma franja de edad y entre 14 y 15 puntos más elevada que quienes no pasaron de la enseñanza obligatoria o incluso la abandonaron antes de graduarse.

Pero no en todos los casos es igual. Un 80% de los graduados en FP superior, los técnicos de mayor nivel, tiene trabajo a los cinco años de haber acabado, unos cinco puntos más que los procedentes de la FP media, que rozan el 75% de empleados. Esta no es la única gran diferencia. Quienes han cursado módulos superiores según el modelo dual, los que repartieron sus horas de formación entre el instituto y la fábrica o la empresa, tienen de media doce puntos más de éxito con el empleo y un 13% más de salario que los del formato tradicional, ventajas que se repiten prácticamente en todas las áreas de conocimiento cursadas con este sistema que en próximos años se generalizará a toda la FP.

Pero las grandes diferencias de empleabilidad las marcan la familia profesional del titulado y los estudios concretos cursados. Hay hasta 27 puntos de diferencia entre la tasa de empleo de los perfiles más demandados y la de los que menos. En el caso de la FP media, las ramas de actividad con más trabajo son las de instalador (87%), mantenimiento de vehículos (84%) y fabricación mecánica (81%) y las que menos las actividades deportivas y el comercio y el marketing (63%) y las químicas (68%). Si se desciende a la titulación, la tasa de empleo sobresale entre los técnicos en emergencias sanitarias (91%), en mantenimiento electromecánico, en climatización y entre los chapistas, con un 87% o 88%.

Si la lupa se pone en los ciclos superiores, las mayores tasas de empleo las tienen la familia de instalación (89%) y las de fabricación mecánica, mantenimiento de vehículos y electrónica, con entre el 86% y el 88%, y las más bajas son las de edificación y obra civil, artes gráficas y textil, madera y vidrio, con el 74%. Los técnicos superiores con mayor porcentaje de empleados son los de audiología protésica (94%), los instaladores térmicos (92%) y los especialistas en automatización y robótica y en sistemas electrónicos (91%). La empleabilidad más baja la sufren los técnicos superiores en producciones audiovisuales y espectáculos (67%), en proyectos de edificación (69%) y en animación sociocultural y turística (71%).

La capacidad de encontrar trabajo con el título de FP es alta, pero es que además los empleos que se consiguen tienen una calidad media o algo superior. Tres de cada cuatro titulados cinco años antes tuvieron trabajo durante dos años o más, el 80% de ellos desempeñaban su labor a jornada completa, menos del 27% estaba sobrecualificado para el puesto laboral y los salarios netos, con datos de 2019, los últimos oficiales, estaban en la media del país o algo por encima.

Entre los técnicos de FP media casi la mitad ingresaba en 2019 entre 1.000 y 1.500 euros netos al mes, aunque el 40% ganaba menos de 1.000. Sobre la mitad de los técnicos superiores cobraban también de media mensual entre 1.000 y 1.500 euros netos, pero el 21%, el doble que entre los de ciclos medios, ingresó más de 1.500 euros. Los sueldos más altos fueron los de química para producción industrial y desarrollo de aplicaciones multiplataforma o aplicaciones web.

El último elemento positivo es la satisfacción mayoritaria por haber cursado estos estudios. Sobre siete de cada diez titulados dijeron estar suficientemente formados para desempeñar el trabajo que consiguieron, que su formación les ayudó a encontrar el empleo y que, de hecho, volverían a cursar el mismo título si tuviesen que tomar la decisión ahora que ya lo conocen.

Los autores del estudio, no obstante, señalan que los datos indican que habría que tener en cuenta algunas precauciones para el futuro. Creen que es preciso adaptar los contenidos de la oferta formativa a las necesidades del mercado de forma continua y ágil, que existen títulos con una empleabilidad muy baja que habría que actualizar, que los sistemas de orientación deben prever que no haya una sobreoferta de técnicos en algunos títulos y que el titulado debe tener claro que cada vez va ser más necesaria la formación continua para adaptarse a los continuos cambios del entorno laboral.