Los embalses se asoman al verano con 10.500 hectómetros cúbicos más que hace un año

En esta última semana, y según el boletín que cada martes publica el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco), sólo se han perdido 24 hectómetros cúbicos, una cantidad muy pequeña teniendo en cuenta que estamos ya en temporada de riegos y con el turismo al alza. Es justamente a partir de ahora cuando previsiblemente de los pantanos saldrá más agua de la que entra.

Así las cosas, los embalses encaran el verano con cerca de 10.500 hectómetros cúbicos más que hace justo un año, cuando almacenaban 26.600 hm3 y estaban al 47% de su capacidad, casi veinte puntos por debajo. Pero hay más. Para encontrar un volumen similar a los 37.134 hm3 con los que iniciamos el verano, hay que remontarse a finales de mayo de 2020, cuando la reserva hídrica rondaba los 37.300 hm3. Es decir llevábamos cuatro años sin tener tanta agua en vísperas de un verano.

Además, el volumen de agua que se pierde entre el 1 de junio y el 31 de agosto oscila entre los 5.000 y 5.500 hectómetros cúbicos por término medio. O sea, de cumplirse esta estadística iniciaríamos septiembre con la reserva hídrica rondando los 32.000 hm3, el 56% de su capacidad, un nivel mucho mejor que el de septiembre de 2023 (20.700 hm3 y 37%).

Y es que las lluvias de los últimos meses han sido un bálsamo para la situación de sequía que atravesaban nuestras cuencas, especialmente las catalanas y las del sur peninsular, donde, también es verdad, hay algunas por debajo del 30% e incluso por debajo del 25%, como la del Segura, a la cola por volumen de agua almacenado.

Desde enero, el conjunto de los embalses peninsulares han ganado 25.500 hectómetros cúbicos y mes a mes han ido subiendo de nivel hasta el máximo anual que se alcanzó el 15 de abril, cuando la reserva hídrica se situó en 37.325 hm3 y rozó el 67% de su capacidad.

Para el catedrático de la Universidad de Alicante y experto en clima y gestión del agua Jorge Olcina, «vamos a comenzar este verano con las reservas de agua en términos generales mejor que el verano pasado... salvo las cuencas mediterráneas». Olcina repasa la situación: «Es verdad que el Júcar está un poco mejor, pero tanto Segura como las Cuencas Mediterráneas Andaluzas incluso el Guadalete Barbate y las Cuencas Internas de Cataluña siguen en unas condiciones que no son para tirar cohetes». Y es así. La cuenca del Segura está al 23%, la del Guadalete Barbate, al 29%, la Mediterránea Andaluza, al 31% y las catalanas, al 29%. «Bajar del 30% o estar rondando el 30% significa estar en zona de riesgo. Pensemos que también ahora empezamos la época del año en la que vamos a ir perdiendo reservas semana sí, semana también. Por tanto no va a haber grandes nuevas acumulaciones de agua en el conjunto peninsular«.

Con todo, el experto cree que las lluvias recogidas desde Semana Santa van a permitir garantizar el abastecimiento urbano y agrícola este verano, y reducir el nivel de restricciones, como ya ha ocurrido en algunas cuencas, como las de Cataluña, el Guadalquivir, o el Guadiana. «En el resto de las cuencas mediterráneas no se puede bajar la guardia. Las del centro peninsular, cantábricas y atlánticas están funcionando muy bien ya desde hace meses. E incluso la cuenca del Ebro ha acumulado reservas suficientes. Pero en las cuencas que están rondando el 30% el uso del agua tiene que ser todo lo racional y comedido que se pueda».

Olcina sostiene que hasta final de año «la situación está controlada», si bien va a ser determinante cómo evoluciona el próximo otoño «porque deberíamos esperar lluvias importantes en la fachada mediterránea que el año pasado no se produjeron. Y si no se produjeran este año, sí que estaríamos hablando de la necesidad de restricciones en zonas urbanas para poder garantizar el abastecimiento», explica.

Así pues, la reserva hídrica no baja del 66% por tercera semana consecutiva, con una subida de casi dos puntos en las cuencas catalanas, que han pasado del 27% de su capacidad al 28,8% y acumulan 203 hm3. Hay que tener en cuenta que hace menos de tres meses estaban al 14% y con apenas 100 hm3 almacenados. «Si bien es cierto que se ha doblado la capacidad del agua almacenada, no debemos perder la perspectiva que nos encontramos en un nivel todavía bajo, muy similar al que teníamos a principios del verano de 2023», advierten desde la Agencia Catalana del Agua (ACA).

La media nacional es también algo mejor que la media de los últimos diez años (64,4%). Por vertientes, la atlántica está al 67,8% y la mediterránea, al 61,2%, mejorando ligeramente esta última los registros de la semana pasada (60,5%).

En lo que respecta a los ámbitos, el Cantábrico Oriental se encuentra al 89%; el Cantábrico Occidental, al 94,9%; el Miño-Sil, al 90,2%; Galicia Costa, al 84,9%; las cuencas internas del País Vasco, al 95,2%; el Duero, al 91,9%; el Tajo, al 79,3%; el Guadiana, al 50,2%; el Tinto, Odiel y Piedras, al 85,2%; el Júcar, al 54,4%; y el Ebro, al 76,6%.

Por debajo del 50% continúan el Guadalete-Barbate, que está al 29,6%; el Guadalquivir, al 46%; la cuenca mediterránea andaluza, al 31,6%; el Segura, al 23%; y las cuencas internas de Cataluña, al 28,8%.

Por provincias, sólo hay una en todo el país con sus embalses por debajo del 10%; se trata de Almería (8%), a la que le siguen Alicante (20,3%) y Castellón (21,2%).

En cuanto a la reserva nival, el agua en forma de nieve que se acumula en nuestras montañas, los datos del Miteco indican que tanto en el Pirineo, como en la Cordillera Cantábrica y en Sierra Nevada se acumulan unos 530 hectómetros cúbicos, que en buena parte (una cantidad de esa nieve se evaporará) acabarán llegando a los embalses. El 90% de esa cantidad pertenece a las cumbres pirenaicas.