El Gobierno aprueba la reforma legal que busca abaratar las matrículas universitarias

El Ministerio de Universidades pretende volver ahora al procedimiento vigente hasta 2011, que establecía unos precios máximos de referencia, iguales para toda España, sobre los que luego las distintas comunidades autónomas fijarán las tasas de los distintos estudios universitarios en sus territorios.

Fuentes de este departamento indicaron que de cara al próximo curso no será posible modificar a la baja el sistema completo de fijación de precios de todos los estudios universitarios, por lo que se conforman con llegar en las próximas semanas a un pacto con las comunidades autónomas para fijar un precio máximo de referencia para las primeras matrículas de los grados, lo que permitiría ya abaratar para este septiembre el grueso de las tasas que los alumnos pagan cada año.

El trabajo se completaría en años sucesivos con una reforma y un pacto similares y también a la baja para las segundas y sucesivas matrículas de grado y para las tasas de los másteres. El objetivo es reducir los precios de forma progresiva hasta tasas similares a las de 2011.

El plan para el abaratamiento de las tasas comenzó hoy con la derogación del sistema de horquillas establecido por decreto en 2012, el apodado como 'tasazo', mediante la disposición final introducida por el Consejo de Ministros en el real decreto-ley que aprobó de medidas de apoyo al sector cultural.

El modelo instaurado por el exministro José Ignacio Wert hace ocho años daba un amplio margen a las autonomías para subir los precios de matrícula que pagaban las familias, con lo que pretendía compensar el recorte de su Gobierno a los fondos públicos dedicados a la universidad. Por ejemplo, en el caso de las primeras matrículas de grado, permitía a cada autonomía fijar unas tasas que podían ir del 15% al 25% del coste totales de los estudios. Las subidas en algunas comunidades fueron tan escandalosas que en 2018, el propio Ejecutivo del PP, rebajó esta horquilla del 0% al 15%, para revertir parte de los abusos. En el caso de las segundas matrículas, la horquilla de tasas iba del 30% al 40% de los costes de los estudios; en las terceras, del 65% al 75%; y a partir de las cuartas, entre el 90% y 100%.

El resultado del sistema de horquillas de los populares es que las matrículas universitarias subieron unos cuatro años más tarde un 30% de forma general, con un precio medio de 1.100 euros por alumno y curso, lo que colocó a España en el tercio de los países de la Unión Europea con las tasas universitarias más caras.

Pero el problema no solo fue el encarecimiento general, si no las enormes diferencias de precios de acceso a la universidad entre regiones, según cada una de ellas decidiese utilizar cada curso la parte alta o baja de la horquilla. Las subidas en zonas como Cataluña y Madrid llegaron a ser superiores al 50%, mientras autonomías como Galicia o Asturias mantuvieron sus precios bajos e invariables.

Una de las últimas comparativas de tasas universitarias, del curso 2016-17, desveló que las diferencias en las tasas de matrícula entre comunidades llegaban incluso al triple. En estudios poco experimentales, las tasas medias por curso iban de los 591 euros de Galicia a los más de 1.500 de Cataluña. Si se miraba a las carreras experimentales, el precio medio iba de los 557 euros por curso de Andalucía a los más de 2.300 de Cataluña.