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Viernes, 26 de febrero 2021, 01:00
Desde hace más de medio siglo, el Colegio Santa María ha recibido la confianza de cientos de familias riojanas en la maravillosa tarea que es la formación de sus hijos. Este centro católico de la orden marianista fundamenta su ideario en la persona y el mensaje de Jesús de Nazaret; educa un modelo de persona en el que se cuidan todas sus dimensiones y se integran con armonía. En Marianistas, quieren que sus alumnos aprendan a conocer y amar el mundo que les rodea, así como que se sientan dispuestos y competentes para transformarlo en un lugar mejor.
Durante el próximo curso, el centro implantará el primer ciclo de Educación Infantil, por lo que la propuesta formativa adquiere solidez desde edades más tempranas hasta que los niños cumplan la mayoría de edad. Uno de los grandes objetivos del colegio es convertirse en una segunda familia para todos los alumnos, puesto que un clima sano de acogida y convivencia les permitirá desarrollarse y alcanzar su propia excelencia académica.
Como colegio marianista, educan en la fe y promueven el diálogo fe-cultura-vida, apuntando a una nueva manera de ser, de mirar, de comprender y de tratar la realidad y a las personas. En este contexto, presentan la persona de Jesús de forma explícita, y enseñan a interpretar la realidad personal y social desde claves evangélicas. Del mismo modo, apuestan por una educación integral y de calidad que respeta la dignidad de la persona, prestando atención a la personalidad, aptitud e intereses de cada alumno.
Educan en un clima familiar, donde las relaciones entre todos los miembros de la comunidad educativa están basadas en el respeto y la cercanía, e inciden en el sentido de pertenencia a la gran familia marianista extendida por el mundo. Asimismo, fomentan la adaptación al cambio y al aprendizaje continuo en el mundo cambiante que les toca vivir, abiertos a las posibilidades que se abren en el futuro.
Creyendo en la riqueza implícita en la diversidad, el centro favorece la integración de todos los alumnos, cultivando un espíritu de aceptación y de valoración de la diferencia; que todos puedan desarrollarse en plenitud, dedicando recursos y tiempo a aquellos que más lo necesiten. Solo se llega de verdad a ser humano cuando se trabaja por la plenitud de la vida. Aquí, los alumnos toman conciencia de las causas sociales, el sufrimiento humano y los desequilibrios medioambientales; se comprometen en favor de una humanidad mejor.
A partir de este marco ideológico, cada etapa formativa desarrolla sus propias líneas maestras. Así, en Educación Infantil, favorecen que el niño descubra y desarrolle su cuerpo a partir de su propio movimiento. Esto les permitirá conocerse, descubrir el mundo que les rodea y relacionarse con los demás. Además, promueven un aprendizaje significativo basado en la experiencia sensorial, la observación directa, el descubrimiento y la experimentación; potencian el juego como elemento fundamental de su proceso de aprendizaje y socialización; y facilitan el acercamiento y la sensibilidad hacia las artes a través de la música, la creatividad y el teatro, ofreciendo un espacio respetuoso y libre de juicio.
Por su parte, en Educación Primaria, se fomentan las destrezas de pensamiento como habilidades, y procesos mentales que permiten desarrollar en el niño la capacidad para observar, analizar, reflexionar, sintetizar, hacer inferencias, analogías, ser creativo; el trabajo cooperativo, siendo conscientes de que crear entre todos enriquece el desarrollo; nuevos conocimientos desde la observación y el registro de acontecimientos y objetos a través de conceptos ya interiorizados. El centro integra lo extracurricular dentro del proyecto para lograr una formación plena e integral.
Por último, en Secundaria, orientan a los adolescentes académica y profesionalmente, acompañándolos en la elaboración de su propio proyecto de vida; los tutorizan de forma individualizada reconociendo su singularidad; los ayudan a explotar su potencial para conseguir las metas que pudieran fijarse desarrollando al máximo sus capacidades; los acompañan en su proceso educativo, ajustando el currículo a su realidad y previniendo dificultades de aprendizaje; y los guían en su auto conocimiento y aceptación individual, a la vez que a vivir en comunidad.
Una vez que los alumnos finalizan su etapa de Secundaria, pueden continuar su educación marianista en el Bachillerato Santa María, un bachillerato intercongregacional que reúne alumnos de cuatro congregaciones religiosas –5 colegios– de Logroño. Aún contando con su propia personalidad y carácter, mantiene las líneas generales del proyecto global.
Por todo esto, y por considerar que puede ser la mejor opción para colaborar con las familias riojanas en la educación de sus hijos, desde el Colegio Santa María animan a acercarse y a conocer el centro durante las visitas individuales y las jornadas de puertas abiertas de cualquier etapa.
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