Docentes y padres piden a Educación la retirada de la prueba final de la ESO

Estos sindicatos han señalado que estas pruebas no pueden ser comparables entre las comunidades autónomas, "por lo que ni tan siquiera podrán servir para intentar obtener un diagnóstico del sistema educativo español de ninguna forma". "Solo servirán para gastar fondos públicos que deberían ser implementados en otras cuestiones realmente importantes y para que cada Administración educativa intente dar forma a la prueba que realice de manera que los resultados caminen en el sentido que desean antes de hacerlas", han argumentado.

Asimismo, han considerado que estas evaluaciones son "una foto fija que se realiza en un momento determinado, obviando el proceso seguido, la mejora conseguida, las características personales del alumnado y sus diferentes ritmos de aprendizaje y maduración". Y que con ellas se lanza "un mensaje de desprestigio del profesorado, al desconfiar abiertamente de su labor y, en especial, de la evaluación que éste realiza".

Por su parte, el Sindicato de Estudiantes (SE) ha rechazado igualmente en una nota la prueba final de cuarto de la ESO, a la que vuelve a calificar de "reválida franquista" como hizo durante las movilizaciones del 26 de octubre y del 24 de noviembre del pasado año. Además, ha amenazado con seguir con la movilización si "el PP trata de imponer de nuevo las reválidas".

El proyecto de orden de Educación para esta evaluación final de cuarto de la ESO fija, al igual que en el anterior curso, que para este 2017-18 "tendrá carácter muestral y finalidad diagnóstica y se aplicará a los alumnos de cuarto curso con independencia de sus calificaciones". En vez de decir que se hará entre mayo y junio como el pasado curso, esta vez se especifica que se hará "en el último trimestre lectivo del curso 2017-18".

La evaluación final de ESO versará sobre competencias matemática, lingüística y social y cívica, teniendo como referencia el bloque de asignaturas troncales cursadas.