Castells propone a las autonomías que rebajen las matrículas universitarias un 11% de media

El Ejecutivo derogó el miércoles pasado el modelo de cálculo de las tasas establecido por el PP en 2012, basado en horquillas de porcentajes sobre el valor real de los estudios, y volvió al sistema previo, la fijación de un precio máximo de matrícula para cada tipo de estudios que será la referencia para las tasas que imponga cada comunidad.

Manuel Castells y los consejeros volverán a reunirse pronto en Conferencia General de Política Universitaria para comprobar si el acuerdo es posible y en qué términos. El ministro, que cree que su propuesta, «en general, tuvo buena acogida», considera que hay que dar este paso, porque, aunque defiende la necesidad de mejorar la financiación de la universidad pública, cree que no hay que lograrla a costa del dinero que pagan las familias, «particularmente en un momento de tanta penuria económica como el actual». No obstante, en esta primera reunión, el titular de Universidades no ofreció de momento un aumento de la financiación de los Presupuestos del Estado para la educación superior, que sería una de las fórmulas posibles para compensar el incremento del gasto en universidades que tendrían las autonomías si bajan las tasas.

La propuesta de Castells, que ahora debe estudiar cada autonomía, supondría una reducción media en el precio de una matrícula universitaria tipo del 11,46%, que es la subida en el conjunto de España que desde 2011 provoco el cambio del sistema de precios universitarios, según los datos proporcionados por el ministerio. La matrícula de una carrera bajaría unos cien euros por curso, desde los 974 euros actuales a los 874, con notables variaciones entre estudios muy y poco experimentales y autonomías.

La rebaja que demanda Castells, no obstante, alcanzaría un volumen muy diferente según la comunidad de que se trate. Unas aprovecharon más que otras el cambio del PP para subir los precios y ahora tendrían que hacer el camino inverso. Las grandes subidas desde 2011 se dieron en Cataluña (66,7%), Madrid (31,6%), Castilla-La Mancha (19,8%), Murcia (14,9%), Comunidad Valenciana (14,5%), y La Rioja (11,6%). Castilla y León también protagonizó una gran subida desde 2011, el 46,4%, pero ya empezó la bajada (20%) este curso; lo mismo que Canarias, que subió un 17,6%, pero ya bajó este curso un 7%.

En otras siete comunidades los esfuerzos para adaptar sus tasas a las de hace nueve años serían mucho menores. A Aragón le bastaría con reducir un 1,79% y Andalucía, Baleares, Cantabria, Extremadura, Euskadi y Navarra tendrían que hacer rebajas de entre el 3% y el 5%, según los casos.

Galicia sería la única autonomía con las tasas ya ajustadas, pues no tocó los precios de matrícula pese a las posibilidades que le daba el cambio de sistema. Asturias, de hecho, está en negativo. Tenía el curso pasado sus tasas un 5% más bajas que en 2011, pero es que este curso las redujo en un 25% adicional.

El sistema de cálculo de tasas universitarias recuperado por el Gobierno no solo permitirá rebajar los precios de las matrículas sino también reducir las enormes diferencias que provocó el modelo del PP entre autonomías. Cataluña, que subió un 66,7% sus tasas gracias al cambio de sistema, cobra ahora casi tres veces más por unos estudios equivalentes que Galicia, Andalucía o Canarias. Con la vuelta al modelo de precios máximos, y si se toman las tasas de 2011 como referencia inicial, la diferencia entre la región más cara y la más barata se quedaría en menos del doble, en un 69%.

El acuerdo de precios universitarios al que Castells aspira a llegar de cara al próximo curso solo afectaría a las tasas de las primeras matrículas de los estudios de grado -las mayoritarias-, pero el ministro aspira a lograr acuerdos y rebajas equivalentes en los años siguientes para las segundas y sucesivas matrículas de grado y las de los másteres.