Pocas veces se ve a un soldado de la UME llorar a lágrima tendida. Por eso conmueve la emoción del teniente Mora al abrazar a la pequeña Elif de cinco años poco después de rescatarla a ella, a su hermano Muslim, de 18 meses, y ... a su madre Leyla, bajo los escombros de la ciudad de Nurdagi, una de las más castigadas por el terremoto de Turquía de febrero de 2023. Sacar con vida a la familia era poco menos que un milagro. Llevaban sepultados cinco días bajo toneladas de hierro y hormigón, 120 horas sin agua ni comida, 7.200 minutos de frío, angustia y dolor, con una muerte lenta como único horizonte.
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En un emotivo vídeo que narra ese rescate al límite, la cabo Espada y el teniente Mora –ambos del equipo de Búsqueda y Rescate Urbano de la UME que España envió a Turquía– recuerdan cómo siguieron el procedimiento de pedir a las víctimas que golpearan tres veces si les oían «y al momento recibí la respuesta con los tres golpes». El pelotón trabajó sin descanso toda la noche, rompiendo capas de hormigón y mampostería y, hora tras hora, la señal de vida se hacía cada vez más nítida. «¡Ya lo tengo, Ya lo tengo!», exclama Mora en el vídeo.
El primero en salir fue el chiquitín Muslim, llorando como si regresara de las profundidades del infierno (de hecho de allí venía); después su hermana Elif, y, por último, la madre de ambos. Lo hicieron entre los aplausos y la emoción de esos hombres y mujeres forjados en las pruebas físicas más duras del Ejército. Fue entonces cuando Elif se abrazó con fuerza al teniente Mora, jefe de la unidad, que se deshace en lágrimas tras el esfuerzo y la tensión sostenida durante las largas horas que duró la operación. «Sois ángeles sin alas», les dijo a sus rescatadores la madre de los niños, cuatro palabras que encierran una lección de humanidad para todos.
Leyla y sus dos hijos aterrizan este jueves en Madrid para, casi año y medio después, reencontrarse con sus 'ángeles', que pertenecen al Segundo Batallón de Intervención de Emergencias de la UME (Biem II), con sede en Sevilla.
Dos semanas después de aquella epopeya, la ministra de Defensa, Margarita Robles, visitó al contingente para agradecerles su entrega, y animó al batallón a invitar a España a los rescatados y a la voluntaria turca que les hizo de intérprete.
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Y como a la 'jefa' no se le desobedece (y menos en el Ejército), la invitación fue cursada hace meses, y ahora ya solo queda ponerse a las órdenes de Elif, Muslim y Leyla para que disfruten de su estancia en su segundo país. Les han preparado un programa que incluye un recorrido turístico por Madrid y la propia Robles tiene previsto recibirlos este jueves en el Ministerio, en el Paseo de la Castellana, muy cerca del Bernabéu, que tienen ganas de ver, aunque sea, por fuera.
El fin de semana se desplazarán a Sevilla, coincidiendo con que la unidad celebra en el cuartel una jornada familiar donde los niños son los grandes protagonistas con todo tipo de actividades lúdicas como castillos hinchables, chorros de agua, refrescos y golosinas. «Ellos ya forman parte de la familia del Segundo Batallón y serán los invitados más especiales», comentan fuentes de la UME, que no ocultan su ilusión de ser testigos del encuentro entre salvados y salvadores. «Es una forma muy bonita de cerrar el círculo».
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