Dominique Pelicot destaca la «valentía» de su exmujer en su última declaración ante del veredicto

Después de tres meses y medio de audiencias en Aviñón (sudeste del territorio galo), el juicio de las violaciones de Mazan se acerca a su final. El anuncio de la sentencia está previsto para esta semana, probablemente el jueves. Los 51 acusados han tenido este lunes la oportunidad de hablar por última vez ante la corte. Pelicot, de 72 años, uno de los pocos que reconoce los horrores cometidos —drogar a su mujer y haber reclutado a decenas de hombres para que la violaran entre 2011 y 2020—, fue el primero en hablar.

«Quiero empezar alabando la valentía de mi exmujer», ha dicho Pelicot en el inicio de su discurso con su habitual actitud lacrimógena. «Ha tenido que escuchar insinuaciones de que era cómplice», ha añadido sobre el comportamiento duro que algunos letrados de la defensa mantuvieron respecto a la víctima. También dio las gracias a su abogada Béatrice Zavarro. «Varias veces quise abandonarlo todo. Con sus consejos y su humanidad, usted me lo desaconsejó. Hubiera sido una muestra de cobardía y una facilidad para los acusados», ha declarado.

«La privación de no ver a los suyos representa un peor castigo que la privación de libertad», ha afirmado Dominique, que dejó una herida incurable en su familia tras las agresiones cometidas sobre Gisèle, de 72 años, con la que estuvo casado durante medio siglo. Su hija Caroline, de 45, también lo acusa de drogarla y violarla, aunque Pelicot lo niega y no se disponen de pruebas concluyentes sobre ello.

Además del bautizado como «el monstruo de Mazan», han comparecido por última vez varios de los otros acusados. La mayoría de ellos se han conformado con darles las gracias al presidente de la corte, Roger Arata, y al resto de los jueces. Se ha explayado un poco más Jean-Pierre M., de 63 años, conocido como el imitador de Pelicot. «Soy responsable de mis actos: violé a mi esposa con el señor Pelicot. Siento vergüenza de mí mismo, me doy asco», ha asegurado este hombre que reprodujo el mismo método con la madre de sus cinco hijos. Ahora se enfrenta una pena de 17 años entre rejas.

A diferencia de Pelicot y Jean-Pierre M., la mayoría de los implicados no reconocen su culpabilidad. Acusan al instigador de esta trama de haberlos manipulado. Además, afirman que creían que se trataba de un juego de una pareja de libertinos. De hecho, abundaron a lo largo del juicio los eufemismos de los acusados, hablando, por ejemplo, de «una violación involuntaria» o que «no sabían lo que era el consentimiento». La Fiscalía pidió para ellos penas de entre 4 y 18 años de prisión.