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Total desactualización de los equipos, falta de personal y organización feudal. Esta es actualmente la situación del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), el mayor centro investigador contra el cáncer en España, y que ha revolucionado el panorama científico español en las últimas horas.
La ... guerra se ha ido cociendo lentamente, entre bambalinas y con cartas que pocas veces han salido a la luz. Las misivas iban dirigidas a la dirección del CNIO y también a los responsables del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, pero siempre han quedado en el cajón. Hasta hace unos días.
Una investigación del diario ABC reveló dónde acababan decenas de miles de euros del centro investigador. Las pesquisas de este periódico revelaron que el equipo de Blasco se gastó 877.787 euros en la compra de obras de arte y en la contratación de al menos dos personas pertenecientes a la Oficina de Imagen Institucional, área responsable de la actividad del CNIO Arte, una «sucursal» del CNIO que puso en marcha la actual dirección del organismo.
«Este dinero procede de donaciones finalistas que realiza una fundación privada, y de proyectos de colaboración finalistas con entidades públicas como el Instituto Cervantes y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT). Son cantidades que no pueden ser destinadas a ninguna otra finalidad distinta de CNIO Arte o acciones de CNIO Arte», responde a este periódico a través del correo electrónico el departamento de comunicación del centro.
En los últimos años, las cuentas del organismo dirigido por esta bióloga alicantina han ido acumulando números rojos y que ha provocado una «total decadencia del centro», según miembros de la actual plantilla investigadora, que prefieren el anonimato.
Los últimos cierres de ejercicios acumulan déficits de 4,5 millones de euros, que «pueden calificarse de estructural», señala el equipo de comunicación de Blasco. Una «situación límite» para los investigadores que trabajan con medios no actualizados para sus trabajos e, incluso, han tenido que buscar ayuda en otros centros españoles.
4,5 millones de euros
de déficit acumula el CNIO
En un correo electrónico, la dirección del centro responde que tienen prevista la compra de varios equipos en sus planes de actuación y que para el año próximo esperan adquirir un nuevo microscopio confocal. Este retraso, según ha afirmado Blasco en un encuentro virtual con los medios, es «culpa del Gobierno», dado que el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, que depende de Diana Morant, no le «dio las ayudas necesarias».
Los «problemas estructurales», argumentados por el CNIO, al menos se remontan a 2022, cuando llegan las primeras denuncias de los investigadores, a pesar de los 40 millones de euros procedentes de los Presupuestos Generales del Estado (PGE).
«Aquí Blasco -lleva en el cargo desde junio de 2011- ha montado un cortijo y decide quién puede realizar acuerdos o no escudándose en el apoyo del resto del comité», alertan. Las líneas de investigación dependen de los grupos y las unidades prestan apoyo, pero los acuerdos con empresas y creación de spin-off, organización nacida como extensión de otra mediante la separación de una división subsidiaria, dependen de Blasco. Fuentes del sector contactadas por este periódico aseguran que el dinero no siempre se destina a lo más urgente o necesario.
En los últimos días, la situación se ha vuelto más tensa dentro de las salas de investigación del CNIO. «La única forma de que acabe este sistema feudal es una renovación completa de la dirección científica y los directores de programa. Sin un cambio que elimine de raíz el sistema feudal, nada va a cambiar», alertan los investigadores. En una rueda de prensa virtual, Blasco ha puesto este viernes su cargo a disposición del patronato del centro, que preside Eva Ortega-Paíno, secretaria general de investigación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
Acompañada por los vicedirectores del centro Óscar Llorca y Óscar Fernández Capetillo, y por el director del programa de Biotecnología, Fernando Peláez, María Blasco ha aclarado que en ningún caso va a dimitir de su cargo. «Mi contrato se renueva cada cinco años por el Patronato del CNIO tras una evaluación previa como directora. Son ellos los que tienen que decidir si tengo que continuar o no «pero las dos últimas valoraciones «han sido muy buenas», ha argumentado.
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