La dieta mediterránea, fuente de salud
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Numerosos estudios avalan los efectos beneficiosos de este tipo de alimentación | No sólo la manera de comer influye, también tiene un papel destacado el modo de vida que se sigueSecciones
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Salud ·
Numerosos estudios avalan los efectos beneficiosos de este tipo de alimentación | No sólo la manera de comer influye, también tiene un papel destacado el modo de vida que se sigueEn los años 50, en Estados Unidos, alarmados por el gran número de enfermedades y el tipo de alimentos ingeridos, estudiaron la manera de alimentarse de los países bañados por el Mediterráneo, al observar que sus habitantes presentaban con mucha menor ... frecuencia este tipo de enfermedades y tenían una vida más larga.
Los países que bordean el Mediterráneo han demostrado siempre una inspiración tan sencilla y a la vez tan brillante dentro del mundo culinario que les ha valido gozar de una rica tradición apreciada en todo el mundo. La dieta mediterránea es sabor y alimento.
Coja una rebanada de pan, tuéstela, rocíela con un chorro de aceite de oliva virgen, añádale ingredientes al gusto, tomate, jamón... Su paladar se lo agradecerá, pero, por encima del placer efímero del gusto, su organismo también saldrá beneficiado.
La dieta mediterránea se ha mantenido constante a lo largo del tiempo y, sin embargo, se adapta muy bien a las exigencias actuales para la obtención de dietas equilibradas, nutritivas y, en una palabra, saludables.
Las características más comunes en la dieta mediterránea son:
1
Consumo habitual de cereales, legumbres, frutas frescas, verduras, pescado, aceite de oliva y frutos secos.
2
Consumo moderado de lácteos (yogur y quesos), huevos, carne de aves.
3
Consumo poco frecuente de carnes rojas.
4
Incluye el vino de forma moderada, 1 ó 2 vasitos al día.
5
Poca sal y azúcar.
En relación a los diferentes tipos de alimentación y salud, se han hecho y se siguen haciendo numerosos estudios, atribuyendo los efectos beneficiosos de este tipo de alimentación mediterránea a la proporción de grasa y de los diferentes ácidos grasos. Se demostró que en países del Norte de Europa, cuyo consumo de grasas animales es abundante, existía una mayor mortalidad por infartos de miocardio y se vio la relación directa entre la ingesta de grasas animales (saturadas) y los niveles altos de colesterol en sangre.
Curiosamente, en países como Francia y España, donde hay un consumo de grasas alto, este tipo de enfermedades no son muy abundantes, ello es debido a que las grasas que consumimos son de origen vegetal (grasas insaturadas).
Aunque ahora hay un motivo de preocupación en la dieta de los adolescentes, ya que están abandonando la dieta mediterránea por productos elaborados o cadenas de comida rápida.
No podemos hablar de un único tipo de dieta mediterránea, debido a la gran diversidad de culturas, razas, religiones, situación social, económica y política que existe entre los países mediterráneos, pero en todos ellos mantienen una proporción mayor de cereales, consumen verduras, frutas frescas y cocinan con grasas vegetales.
Otra característica común es la manera de vivir. En todos estos países se conversa, se sale a la calle, se ríe, se duerme la siesta... En definitiva, es un modo de vida y no solo una manera de comer.
Comer bien y sano no es cuestión de pesos y balanzas. Está al alcance de cualquiera que conozca y sepa aprovechar el equilibrio que brinda la cocina del Mediterráneo. La 'cesta mediterránea' puede ser considerada una eficaz farmacia natural en la prevención de numerosas enfermedades, lo que, unido a un estilo de vida sana, puede repercutir ampliamente en la salud de los mediterráneos, allá donde se encuentren.
1
Utilizar aceite de oliva como grasa para cocinar.
2
Consumir vegetales en abundancia: frutas, verduras, legumbres y frutos secos.
3
Comer pan y otros alimentos elaborados con cereales, como la pasta, arroz y productos integrales.
4
Los alimentos deben estar habitualmente poco procesados, los más adecuados son los frescos y locales, consumiéndolos en su temporada habitual.
5
Tomar leche y productos lácteos diariamente, sobre todo las mujeres, para prevenir la osteoporosis.
6
La carne roja se ha de tomar con moderación, principalmente en guisos y embutidos para bocadillos (se evitan así las meriendas y almuerzos de productos dulces industriales, más ricos en grasas).
7
Se ha de comer pescado en abundancia y huevos con moderación (4-5 a la semana).
8
El postre ha de ser habitualmente frutas frescas y ocasionalmente, dulces y pasteles.
9
Todo ello regado con una copita de un buen Rioja.
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