«Esto ya no tiene futuro»

– ¿Qué hace para competir y atraer clientes?

– Lo único en lo que puedo competir es en calidad y para eso tengo que salir fuera a buscar el producto porque cada vez hay menos transporte hasta aquí. Además, hay que enfocar la venta del fresco de cara al fin de semana, cuando vienen los hijos del pueblo y se nota que las madres más mayores aumentan las compras.

– ¿Llevó bien la maternidad con la atención de la tienda?

– Eso ha sido lo que más me ha mantenido aquí y por lo que no he tenido que buscar otro trabajo. Me hice cargo cuando se jubiló mi madre. He podido llevar la tienda y a la vez criar a mis dos hijos, porque mi marido trabaja más horas que yo. Los he llevado a clases extraescolares, que era superimportante, y a deportes a otros lugares porque en Cornago no había. Tenía que estar cogiendo el coche constantemente. No te digo ni dentistas ni otras necesidades. He podido compatibilizarlo y mi madre me ayudaba.

– ¿Qué horario tiene?

– Antes abría mañana y tarde y ahora solo por la mañana, de lunes a sábado, de 10.00 a 14.00. En la época de mi madre esto estaba abierto todo el día.

– ¿Cómo ve el futuro?

– Acabaré aquí, pero porque mi marido tiene su trabajo y ya que hemos luchado tanto por el pueblo, voy a seguir manteniendo la tienda hasta que me jubile. Luego desaparecerá. Por mucho que nos guste a todos el pueblo, no quiero que mis hijos se tengan que buscar aquí la vida. Que vengan de recreo, porque esto ya no tiene futuro por mucho que digan que lo van a incentivar. Ha desaparecido mucha gente, los supermercados de la ciudad han hecho mucho daño y los gastos están ahí cada mes, trabaje media jornada o entera. Te mantienes porque es tuyo. Si tuviera que pagar alquiler sería inviable.