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Rocío Velázquez tenía solo siete años cuando un descubrimiento le cambió la vida. La por entonces niña iba a cursos de danzas regionales en Alberite, pero justo al lado se practicaba otra disciplina muy diferente: el kickboxing. «Me salía antes de clase y ... me ponía a mirar desde unos barrotes lo que hacían allí», recuerda.
Tanto le gustó lo que observaba que decidió que ella también quería probar suerte en ese deporte. Y eso que, tal y como cuenta, en esos momentos no había demasiadas mujeres que se decantaran por el kickboxing. Le dio igual y la decisión le salió bien porque desde entonces (ahora tiene 31 años) acumula 23 campeonatos de España, entre otros éxitos en esa disciplina.
La riojana asegura que desde el principio contó con el apoyo de su entorno. «Todo el mundo me animó», recuerda al tiempo que explica que enseguida se dio cuenta de que ese deporte se le daba bien. «Y por eso mientras los demás se quedaban jugando en el parque, yo prefería irme a entrenar», relata.
Veinticuatro años después de esos inicios, Velázquez reconoce que las cosas han cambiado en el kickboxing. «Ahora hay muchas más mujeres que lo practican», dice. Aun así, recalca no haber sentido nunca rechazo por cuestiones de género. «Nunca me han discriminado», se congratula.
Esa misma frase utiliza al ser preguntada por su profesión. En 2018 aprobó las oposiciones de la Policía Nacional y actualmente está de prácticas en la Jefatura de La Rioja hasta julio. «Y desde que empecé me han tratado muy bien», afirma con contundencia Velázquez.
Ser 23 veces campeona de España no es sencillo, pero la riojana, tiene claro dónde reside la clave. «Constancia y pasión», resume. «Hay que seguir pese a las dificultades que te vas encontrando en el camino», expone antes de aceptar que ha tenido que hacer sacrificios para llegar hasta donde ha está ahora. «Es cierto que siempre he intentado hacer una vida normal, pero también lo es que muchas veces me he quedado sin salir, sin vacaciones o sin descansar los domingos porque tenía que entrenar o estudiar», admite. Aun así, considera que el esfuerzo ha merecido la pena y lanza un deseo al aire: «Ojalá haya igualdad en todos los terrenos y todas las mujeres se sientan tan bien tratadas como me siento yo en mi deporte y en la Policía».
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