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J. A. G.
Martes, 7 de marzo 2023, 13:36
La Dirección General de Tráfico (DGT) no descarta modificar sus actuales protocolos en materia de control antidrogas una vez concluya la investigación del accidente de uno de sus helicópteros de vigilancia Pegasus en la localidad madrileña de Robledo de Chavela, y en el que ... el piloto ha dado positivo en cocaína y metanfetaminas. Tráfico tiene en nómina a 23 funcionarios asignados a su flotilla de helicópteros, un total de quince unidades, trece de las cuales son Pegasus equipados con radares aéreos para detectar infracciones viales y con capacidad sancionadora.
Todos los pilotos, señalan fuentes de la DGT, tienen que superar «exhaustivas» pruebas médicas anuales que realiza Aviación Civil, así como controles aleatorios por parte de la Agencia Española de Seguridad Aérea (AESA). Lo que no hay «ahora mismo» es una prueba antidrogas cada vez que uno de estos trabajadores se pone a los mandos de la aeronave. «Cuando concluya la investigación judicial que hay en marcha, veremos si hay que revisar los protocolos y tomar otra serie de medidas», señalan desde la DGT.
Tráfico precisa que el piloto del Pegasus accidentado (que huyó de lugar del siniestro y posteriormente fue detenido) había pasado todas sus revisiones, así como los controles de la AESA «y todo estaba en orden».
«No podemos decir mucho más porque la investigación está en manos del juzgado y de la Guardia Civil. Hasta que no concluya no vamos a tomar ninguna medida. Además los test que indican que ha dado positivo en drogas tienen que ser confirmados en una segunda prueba, que aún no se ha realizado». Y añaden: «Pero si hay que revisar los protocolos se revisarán para que esto no vuelva a suceder, y se tomarán las medidas disciplinarias laborales que correspondan».
Los 23 pilotos de la DGT, todos funcionarios de carrera, están habilitados para conducir los dos tipos de helicóptero con los que cuenta el departamento que dirige Pere Navarro, y han de realizar pruebas para renovar esa habilitación. En el Pegasus accidentado también viajaba un operador de cámara que resultó herido leve.
Por su parte, el Sindicato Libre de Trabajadores Aéreos (SLTA) confirma que todos los pilotos de helicópteros han de pasar reconocimientos anuales (e incluso cada seis meses o menos en función de la edad, el tipo de aeronave o la misión encomendada) muy exigentes por parte de médicos aeronáuticos de Aviación Civil. «Son analíticas tan exhaustivas que puedes dar positivo con un simple frenadol», dice Esteban Sánchez, secretario general del SLTA. Sánchez recuerda que al margen de estos controles «en los que hasta si vas a orinar tienes que hacerlo acompañado», hay empresas que realizan seguimientos aleatorios para asegurarse de que los pilotos están en perfectas condiciones para conducir una aeronave. También se pueden realizar este tipo de exámenes a petición de algún tripulante o mecánico que sospeche que el piloto pueda estar bajo los efectos de alguna droga. Según Sánchez, en España el número de pilotos de helicóptero con licencia ronda el millar.
El piloto, que dio positivo en drogas y metanfetaminas, salió ileso del accidente mientras su compañero, que operaba la cámara en busca de vehículos que incumplan las normas de tráfico, sí resultó herido leve.
El piloto se mostró visiblemente «nervioso». De hecho, sin que nadie se percatase en el momento de ello, desapareció de la escena del accidente para evitar el preceptivo test de alcohol y drogas que se realiza en cualquier accidente.
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