Detienen a dos hombres por el asesinato de sus parejas en Madrid y Sabadell

En Sabadell, un hombre de 62 años y nacionalidad española se entregó a los Mossos d'Esquadra y confesó haber matado a su mujer, de 38, con un arma blanca. Según declaró en la comisaría, después de liquidar a su pareja ocultó el cadáver durante dos días en el interior de un baúl que dejó en una habitación de su vivienda en la Rambla. El miércoles por la noche se inculpó de los hechos y dijo que la había apuñado.

De acuerdo con fuentes de la investigación, un hermano de la víctima alertó a la policía local de Sabadell de que no había podido hablar con la mujer desde el lunes. El hombre empezó a inquietarse a raíz de que no tenía noticias de ella, algo muy extraño, pues se llamaban todos los días. La víctima se llamaba Amal y había nacido en Marruecos, aunque vivía desde hace años en el municipio barcelonés. Una prima suya residía en Sant Cugat. A ella acudió precisamente el hermano, que al estar afincado en Bélgica, pocas indagaciones podía hacer. Por eso pidió a su prima que buscara a Amal. Así lo hizo la familiar, quien se presentó en casa de su prima, pero no encontró a nadie.

En esta tesitura, la mujer pidió ayuda a los bomberos, quienes utilizaron una escalera para después introducirse en el piso a través del balcón, pero el esfuerzo resultó infructuoso. La mujer seguía sin aparecer, a pesar de que la vivienda ya había sido registrada de forma somera por los agentes municipales.

Los Mossos están convencidos de que el cuerpo de Amal ya había sido metido en el baúl, donde se halló horas después, cuando el marido se derrumbó y asumió la autoría del crimen. Después de las tentativas baldías, agentes de la Policía catalana acudieron entonces al domicilio, donde encontraron el cadáver escondido en el arcón. El Ayuntamiento de Sabadell convocó ayer un minuto de silencio en homenaje a la víctima, al tiempo que decretaba tres días de duelo.

En Pozuelo, la Policía Nacional apresó el jueves de madrugada a un hombre de 79 años, Miguel, como presunto autor del asesinato de su mujer, Luisa Amelia, de 76 y madre de tres hijos mayores de edad. Las fuerzas de seguridad creen que la golpeó con un jarrón en la cabeza. Cuando los sanitarios del servicio de urgencias se acercaron a su chalet, encontraron a la mujer tumbada en la calle y ya sin vida. «Presentaba un fuerte traumatismo craneoencefálico», según se desprende de un primer examen médico. La Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género ha hechos sus averiguaciones y piensa que la muerte es un crimen machista.

A la luz de las primeras informaciones, la pareja discutió acaloradamente en el interior de su residencia en Pozuelo. Los vecinos indicaron que la víctima huyó y salió a la calle, pero el marido la alcanzó y le propinó un trastazo. Una hija del matrimonio que había ido a visitarles tras cenar con unos amigos se encontró con su madre, que yacía en el suelo. Al percatarse del llanto de la joven, los vecinos llamaron a la Policía.

Al rato de cometer el homicidio, los agentes detuvieron al esposo, cuya ropa presentaba manchas de sangre. El hombre no opuso resistencia al apresamiento. Como es habitual en la mayoría de los casos, no existían antecedentes ni denuncias previas por malos tratos. Las personas que viven por la zona, un lugar acomodado y tranquilo de chalets, dijeron no haber escuchado nunca trifulcas entre la pareja. Dos de los hijos del matrimonio, muy conmocionados, tuvieron que ser atendidos en el lugar del suceso por el servicio de psicología.

La casa, techada con tejas de pizarra negra, llama la atención por lucir unos toldos avejentados de barras amarillas y blancas. Un cartel en la verja notifica al visitante que el chalet está precintado por las fuerzas de seguridad. Al mediodía, aún eran perceptibles los goterones de sangre en las escaleras de acceso a la vivienda. Con estos dos nuevos crímenes, el número de mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas asciende a 1.106 desde 2003, año en que empezaron los registros estadísticos.