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J. Sanz
Valladolid
Jueves, 2 de enero 2025, 12:21
«La verdad es que empecé a escuchar gritos de ¡qué te tires en el suelo! y llegué a pensar que me lo decían a mí, pero no entendía nada hasta que vi a los guardias, primero, y luego al chico con la guadaña», relata ... un testigo del violento episodio vivido a primera hora de la mañana del pasado martes en la localidad vallisoletana de Cabezón de Pisuerga, donde un joven de 24 años recorrió sus calles portando tan aparatosa arma blanca, que llegó a blandir ante los pocos vecinos que se encontró a su paso, que los hubo, antes de que tres guardias civiles lograran reducirle después de alcanzarle de un disparo en una pierna.
Un testigo presenció el tramo final de una persecución a pie que comenzó a las siete de la mañana en la parte posterior del cuartel de la Benemérita, situado en la avenida de José Zorrilla (número 9), y que concluyó en dos escenarios: el primero situado en el cruce de dicha avenida con el inicio de la calle Butacas y el segundo unos metros adelante, en la intersección de esta última con Cestero.
En la primera intersección, dicho testigo escuchó en varias ocasiones a los tres agentes, pistola en mano, advertir al joven de que soltara la guadaña y que se tirara en el suelo: «Le gritaron que se tirara al suelo una y otra vez y le advirtieron de que iban a disparar si no les hacía caso y la verdad es que él no hacía ni caso, estaba como un poco ido y lo único que llegué a escucharle fue un 'sí, sí, dispara, dispara'».
Así llegó a desafiar el joven a los guardias, mientras blandía la guadaña, de grandes dimensiones y hacía caso omiso a sus indicaciones, hasta que acabaron efectuando dos disparos, uno de los cuales le alcanzó en una pierna. Eso ocurrió en el cruce de la avenida con la calle Butacas. «Le dieron, pero no soltó la guadaña y continuó caminando con ella de la mano calle arriba», prosigue el testigo.
Su huida la marcó un reguero de sangre sobre la acera que finalizaba a la altura del cruce de Butacas con Cesteros, a unos 170 metros, donde «los tres guardias finalmente pudieron acorralarle y hacerle soltar la guadaña», continúa el testigo antes de apuntar que minutos después la zona se llenó de patrullas. Los propios agentes realizaron los primeros auxilios al herido y después fue evacuado en ambulancia al Clínico, donde continúa ingresado «fuera de peligro», en calidad de detenido.
¿Quién era el protagonista? Pues el joven arrestado tiene 24 años y vive en Cabezón junto a sus padres y otro hermano. «Es un chico que no se relaciona mucho. Tiene poco trato. Pero la verdad es que nunca habíamos visto que hiciera nada parecido ni te lo esperas, la verdad», relatan vecinos del municipio, quien señalan que su familia es de Cabezón «de toda la vida».
Su domicilio se encuentra a apenas un centenar de metros del cuartel de la Guardia Civil, donde comenzaron la persecución a pie los tres agentes después de que el joven, que llevaba un frontal con linterna en la cabeza, blandiera el arma ante algunos vecinos hasta que los agentes comenzaron a acorralarle y a perseguirle a lo largo de 420 metros en los que no cesaron de decirle que tirara al arma. No lo hizo. Los agentes acabaron disparándole en una «zona no vital» para reducirle y detenerle.
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