Un experimento que utiliza un robot como modelo de animal. University of Cambridge

Desarrollan un robot para imitar al primer pez que salió del agua

Inspirados en la naturaleza, científicos de la Universidad de Cambridge han desarrollado «androides paleontólogos» para hallar lo que no cuentan los fósiles

Lunes, 28 de octubre 2024, 00:03

Hace unos 390 millones de años, las aletas de los peces se transformaron en extremidades para poder desenvolverse en tierra. Los fósiles aportan la evidencia científica de esta evolución pero dejan algunas «lagunas», según un equipo de paleontólogos e ingenieros de la Universidad de Cambridge ( ... Reino Unido). Ante la imposibilidad de hacer que los peces vivos caminen o los fósiles se muevan, explican los autores del artículo publicado en Science Robotics, desarrollaron androides que repliquen los posibles movimientos de aquellos vertebrados de viejos tiempos, inspirados en «peces caminantes». Les llaman 'paleo robots'.

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El estudio implica la creación de esqueletos mecánicos de peces extintos revestidos de elementos que imitan los músculos y articulaciones, para encontrar los patrones de movimientos y la energía requerida, entre otras incertidumbres. Se trata de un paso más allá de los simuladores y modelos informáticos en el que trabajan constructores de 'bots' y paleontólogos, que han bautizado a este campo de la ingeniería como «robótica bioinspirada».

En la búsqueda por mejorar a los autómatas, gracias a las «mediciones de rasgos anatómicos y comportamientos locomotores de organismos», los científicos descubren «leyes mecánicas fundamentales y han avanzado en la comprensión de las reglas físicas que sustentan los fenómenos naturales», sostienen los autores del artículo 'Robótica de inspiración paleolítica como un enfoque experimental a la historia de la vida'. Así, sacan «conclusiones sobre especies extintas y transiciones evolutivas, como las que conducen a una variedad de modos de locomoción de vertebrados».

Experimento bioinspirado

En este caso, se estudió «la transición del agua a la tierra de los tetrápodos» (ver imagen) y experimentaron con el cambio de varios elementos, como el tamaño de las aletas o del cuerpo, la marcha y la orientación y la forma de las aletas. El 'paleo robot' se elaboraba con distintos materiales, como piezas blandas, estructuras de impresión 3D, artefactos «de control y aprendizaje automático», motores, «activadores fluídicos, materiales inteligentes y sensores», indica el trabajo dirigido por Michael Ishida.

«Se han desarrollado y validado muchas plantillas bioinspiradas, que explican fenómenos biológicos, como la contracción muscular, la locomoción dinámica de las patas y la natación. Los experimentos en animales actuales se pueden aplicar a especies extintas», sostiene el artículo publicado esta semana. La razón por la que estos animales pudieron mantener tanto la función de las aletas como la que era necesaria para caminar se atribuye a una «combinación de elementos de circuitos neuronales» que generaron «un comportamiento complejo, como una transición automática entre los modos de andar y nadar». La bioinspiración, esta vez, vino de la salamandra.

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