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El declive del Benidorm inglés
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Empleos de bajo salario. Poblaciones envejecidas y aisladas, jóvenes a la fuga... Ciudades turísticas tradicionales del Reino Unido se conjuran para recuperar la 'gloria gastada'Secciones
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Empleos de bajo salario. Poblaciones envejecidas y aisladas, jóvenes a la fuga... Ciudades turísticas tradicionales del Reino Unido se conjuran para recuperar la 'gloria gastada'Una semana de marzo, británicos e irlandeses aterrizaron en Benidorm para reunirse en torno a las piscinas soleadas de un hotel y contemplar en una ... gran pantalla la Copa de Oro de las carreras de caballos en Cheltenham, donde no hay playa. Son las mejores pruebas de saltos de Inglaterra y es habitual acudir al popular centro turístico a beber y a apostar bajo el sol por un caballo. Esa misma semana no había mucha gente en la playa conocida como las Arenas de Camber, nombre de un pueblo cercano a Rye, que es el modelo de una villa medieval en la costa inglesa cercana a Francia. En las arenas hay abundancia de guijarros y una central nuclear. Y los bañistas se protegen con cortavientos, en marzo y en meses más templados, antes de bañarse en el agua turbia.
El litoral del Reino Unido suma unos 20.000 kilómetros, según las agencias estadounidenses que miden las costas. Es más del doble de España. Los escritores distinguen entre pueblo costero y villa marítima, por sus distancias con respecto al mar. Hay también ciudades con playas que alojan puertos industriales, como Felixtowe, que transporta más contenedores que ningún otro en el país. La costa del condado de Suffolk que alberga a este puerto está entre las más bellas del reino. Hay bahías preciosas en las islas escocesas, e imágenes costeras extraordinarias en el monumental condado de Northumberland y en Tynemouth, en el nordeste de Inglaterra. Memorables las calas frías y pacíficas en Cornualles, o villas encantadoras, como el puerto de Tenby en Gales.
Pero hay otras ciudades costeras descritas como decadentes desde hace décadas. El declive se debe en parte a Benidorm. Un avispado ruso, Vladimir Raitz, cuya familia judía huyó de la revolución, fundó en Londres la compañía Horizon Holiday Group, con sus primeros aviones chárter llevando a Córcega a británicos deseosos de saborear la 'dolce vita'. El negocio prosperó también en España, donde el Gobierno había iniciado planes de construcción de viviendas y hoteles. El precio del paquete de vacaciones permitió a las clases obreras del Reino Unido disfrutar de vacaciones con sol, playas cálidas, cerveza barata. Tejieron el futuro de buena parte de la economía española, mientras ciudades costeras británicas se arruinaban.
Son «lugares que quedaron atrás», la misma descripción que ha caído en ciudades desangeladas que votaron por el Brexit, no porque tuvieran una antipatía oculta a las instituciones comunitarias de la Unión Europea, sino porque las culpan de su estancamiento. El ingreso en la UE desplazó, por ejemplo, al este de Inglaterra el comercio marítimo que tenían los puertos del oeste.
Madeleine Bunting ha estudiado el fenómeno y ha publicado 'Pueblos con mar, un amor de Inglaterra', un libro en el que contrasta la ilusión que provocan estos lugares asociados a la infancia, al ocio, a la inocencia, al placer del mar,... con una realidad de «gastada gloria». Empleos de bajo salario. Poblaciones envejecidas y aisladas. Los jóvenes no ven el momento de marcharse.
Blackpool es el Benidorm del noroeste de Inglaterra, el lugar al que corren los casaderos sin fortuna para celebrar la juerga salvaje de la despedida de soltería, ellos con gorros mexicanos, ellas con una liga de cancán en el muslo. Es un lugar extraordinario. Un escenario de torres que plagian a la de Eiffel, norias, luces y palacios de la comedia. Más de 20 millones de visitantes en 2022, pero una población socialmente vulnerable. Cobijo de gente que ha salido de prisión o huyendo de violencia doméstica, que toma drogas o tiene problemas de salud mental. 8.000 personas llegan cada año a ocupar apartamentos de alquiler. De ellos dos tercios viven de los subsidios y la mitad son hombres solos, según los datos de Bunting.
En Blackpool y en Clacton on Sea, donde el líder del Brexit, Nigel Farage, logró su primer escaño, tienen los distritos más empobrecidos del país. La Academia de Urbanismo que premia planes atractivos para mejorar la experiencia de estas ciudades, cree que es el momento de hablar de la recuperación de los pueblos costeros y no insistir más en el declive.
En Hastings, pequeña ciudad costera del sur de Londres que también luce gloria gastada, una fundación sin ánimo de lucro y el ayuntamiento han levantado una galería de arte con arquitectura austera, 'Hastings Contemporary', un toque de modernidad a un lugar que ofrece atracciones triviales, mercados de antigüedades, playas de piedra, bellos paseos, una vida menos estresada ante un mar abierto.
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