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El Instituto Karolinska de Estocolmo anunció ayer que el Nobel de Fisiología y Medicina de este año lo compartirán el estadounidense David Julius y su compatriota, pero de origen libanés y armenio, Ardem Patapoutian. Son los descubridores de los sensores y mecanismos mediante los que ... el sistema nervioso capta y transmite el dolor, el frío y el calor, o activa el sentido del tacto.
Se trata de unos hallazgos que el jurado del galardón más prestigioso califica como «revolucionarios», pues destaca que permiten entender los mecanismos fisiológicos esenciales para la supervivencia de cualquier ser humano, lo que posibilita actuar sobre unas percepciones de las que depende la interacción del hombre con el mundo que le rodea.
Sus descubrimientos científicos, más allá de desbrozar un amplísimo campo de investigación, son determinantes para buscar fórmulas que combatan el dolor crónico (un mal que sufre el 11% de españoles) o para avanzar en el diseño de terapias contra la hipertensión, la artritis o la osteoporosis, entre otras graves y extendidas patologías.
El anuncio inaugura la semana en que las instituciones académicas suecas y noruegas reconocerán con el Nobel a algunas de las mentes más brillantes de la ciencia, la sociedad y la política. La Real Academia de las Ciencias de Suecia dará a conocer hoy y mañana, sucesivamente, los galardonados en Física y Química, la Academia sueca desvelará el jueves el Nobel de Literatura y el viernes el Comité Noruego anunciara el Nobel de la Paz, el galardón con más repercusión mediática y popular. La lista de premiados se cerrará el lunes con la concesión del Nobel de Economía.
Por segundo año los ganadores no podrán asistir a la habitual entrega de los premios, el 10 de diciembre en Estocolmo, debido a la pandemia. Como ya ocurrió en 2020, los galardones se entregarán en sus países de residencia.
El Instituto Karolinska justifica el galardón a Julius y Patapoutian porque sus «descubrimientos revolucionarios» permiten comprender «cómo el calor, el frío y la fuerza mecánica pueden desencadenar impulsos nerviosos que nos permiten percibir y adaptarnos al mundo». «Los galardonados -añaden- identificaron eslabones críticos que faltaban en nuestra comprensión de la compleja interacción entre nuestros sentidos y el entorno».
David Julius, un neoyorkino de 65 años, profesor de la Universidad de California, usó capsaicina, un compuesto activo de la guindilla que causa una sensación de ardor, para identificar un sensor en las terminaciones nerviosas de la piel que responde al calor, el mentol para localizar el receptor corporal que detecta el frío, y explicó el dolor punzante que desencadenan los receptores fisiológicos que se activan ante el wasabi, lo que permite describir cómo funciona un dolor inflamatorio, como el que desencadena la artritis.
Ardem Patapoutian, profesor del Scripps Research Institute de California, nacido en 1967 en Beirut, utilizó células sensibles a la presión para descubrir un nuevo tipo de sensores, unas proteínas bautizadas como Piezos, que responden a estímulos mecánicos en la piel y los órganos internos. «En nuestra vida diaria damos por sentados nuestros sentidos, pero ¿cómo se desatan los impulsos nerviosos para poder percibir la temperatura y la presión? Es justo la pregunta que han resuelto los premios Nobel de este año», resumió el jurado.
El anuncio sorprendió a muchos expertos, que tenían como teóricos favoritos a los diseñadores de las vacunas de ARN mensajero contra el virus que desencadena la covid-19.
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