Las industrias cambian su modelo de negocio para adaptarse a la descarbonización

Talgo, no de los grandes fabricantes españoles de trenes, ha apostado por bajar el consumo de energía de este medio de transporte con la fabricación de convoyes que pesarán entre un 25% y un 30% menos que los actuales. Pronto presentará su primer tren de fibra de carbono y espera que no haga falta mucho tiempo para que pueda sustituir la tracción eléctrica por el hidrógeno.

El hidrógeno fue también apuntado como uno de los posibles combustibles y generadores de energía limpia más apreciados a medio y largo plazo por Enagas, empresa que ya ha comenzado a experimentar con este elemento. Sin embargo, la propietaria de los gasoductos españoles tiró para casa y defendió que a corto plazo, para reducir al máximo las emisiones de CO2, hay que sustituir de forma transitoria el carbón, el gasoil y la gasolina por gas natural, que emite un 30% menos de gases de efecto invernadero.

La otra gran apuesta precisa para luchar contra el cambio climático, además del abandono de los combustibles fósiles, es la producción y el consumo sostenibles, la economía circular. Siro, el fabricante de galletas, se aplica en sus plantas la receta de manera radical. No tira nada, no genera ni un residuo. Todo el sobrante de sus productos principales se reutiliza en otros productos de consumo humano o animal, en la conversión en gas para su uso industrial, o en abonos. La marca recuerda que en el mundo se desperdicia el 30% de la comida, un despilfarro responsable del 8% de las emisiones de efecto invernadero.

Eroski también está en esta batalla desde hace años. Fueron los primeros supermercados en retirar los spray que dañaban el ozono y los primeros en sacar bolsas sostenibles. Ahora montan tiendas con una reducción del 65% de consumo eléctrico, en las que el 90% de los productos son españoles y el 15% de proximidad -para reducir transporte y aditivos-, todos los alimentos caducados -5.000 toneladas al año- los donan a colectivos desfavorecidos, y han eliminado el plástico en los envases de fruta y verdura, el usado para la carne y el pescado es reciclable, y aspiran a prescindir de un 25% de plásticos en 2025.

Ferrovial, que prevé reducir un 43% las emisiones que genera en 2030, apostará en su negocio por la electrificación de las ciudades y los transportes. Cree que en 3 o 4 años los vehículos eléctricos serán competitivos y también ve aconsejable el mayor uso del hidrógeno. En las ciudades considera que hay que profundizar en los edificios sostenibles, la energía solar, y el tratamiento masivo y adecuado de los residuos.