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MATÍAS STUBER
Jueves, 8 de diciembre 2022, 14:51
Normalmente, ahora tendría que estar camino a la imprenta para recoger el cartel que testifica que ha sido la vendedora del 53.241, el número que salió premiado en el sorteo de la ONCE de este lunes, 5 de diciembre, y que ha repartido 1, ... 1 millones de euros entre los vecinos de Capuchinos (Málaga). Pero Trinidad Jiménez se ha tomado el tiempo para atender a SUR, frente al Mercadona de la barriada de Las Flores. Aquí es donde, desde hace tres años, instala su pequeña mesa por las mañanas y empieza a vender cupones. El lote de números iguales, como marca la costumbre, los reserva para la clientela fija. El lunes por la mañana, entonces aún no lo sabía, por sus manos iban a pasar 19 cupones premiados con 35.000 euros y uno con la serie, que viene cargado con medio millón de euros. «Por noche me llama un teléfono de empresa, desde Madrid», recuerda. Al otro lado, la voz de un responsable de la ONCE le transmite que ella ha vendido el 53.241. «Me entró una alegría enorme. Es el primer premio que doy. Al colgar, enseguida, pensé: Le he tocado a Chico», recuerda.
Chico, así es como todo el mundo le conoce, es Joaquín Vázquez, 50 años, vecino de Ciudad Jardín, que se inclina hacia adelante para darle un abrazo y un beso a Trini. Desde que ella ha hecho de la entrada del Mercadona de Las Flores su segundo hogar, él se ha convertido en uno de sus clientes más fieles. «Le compro los cupones desde lunes a domingo. Los días que no coincidimos, bien porque yo estoy de descanso o porque lo está ella, nos lo guarda», explica el empleado del supermercado. Ya han pasado dos días desde que Trini le llamó para decirle que él era uno de los agraciados, pero él aún se emociona cuando recuerda lo ocurrido.
Porque, de no ser por la integridad y la honestidad de Trini, él ahora mismo no tendría los 35.000 que le van a brindar una segunda oportunidad para seguir adelante. En el momento de salir premiado, el cupón aún no estaba ni pagado. «Ni se me pasó por la cabeza hacer algo raro. Mis clientes fijos son sagrados», se reafirma Trini. Después de la llamada que ella recibió desde Madrid, ella sacó el móvil y marcó otro número: el de Joaquín. «Yo iba a camino a la farmacia con mi mujer, que estaba mala. Cuando escuché la voz de Trini y me contó todo, tuve que echar a un lado con el coche, me puso a llorar», describe.
¿De dónde tenía Trini el número de Joaquín? Aquí entra en juego la empatía y la calidad humana de Trinidad Romero, discapacidad reconocida de un 65% por un cáncer de mama que le detectaron en 2013. Desde que Joaquín le compró por primera vez un cupón hace tres años, los dos «conectaron» y no faltaban los saludos y las charlas de rigor. Hace algo más de un año, muere la madre de Joaquín. Causa: cáncer. Él cae en una profunda depresión. Pero alguien quiso que Trini estuviera en su vida. «Ella me vio mal y, al final, las charlas que teníamos se convirtieron en pequeñas terapias», explica. Hasta el punto de compartir algún café que otro.
Poco a poco, con la ayuda de Trini, Joaquín, el pequeño de cinco hermanos, se recupera en el plano emocional. Sigue apretando, sin embargo, una situación financiera que, como él mismo señala, iba camino de ser «insostenible». «El día dos de cada mes ya no tenía nada». Un divorcio, la manutención de un hijo, una hipoteca que ha subido 400 euros y un crédito diluían la nómina como un azucarillo. Joaquín, que ha pasado la mañana en el banco, no se anda con rodeos cuándo se le pregunta por lo que va a hacer con los 35.000 euros. «Me sirven para quitarme el crédito, por el que todo se me estaba haciendo una bola. Gracias a Trini dejo de sobrevivir y empiezo a vivir otra vez», precisa.
La suerte, a veces, aunque suene a tópico, encuentra a la persona indicada. Joaquín, al que todo el mundo llama Chico, le aprieta otro beso a Trini. En cinco minutos empieza su turno. Se sube la cremallera de su chaqueta y se dispone a fichar. Ella volverá a montar su mesa el viernes. «A partir de las nueve y media de la mañana, haga sol o llueva», subraya. Así se escriben las historias bonitas que, aunque a veces parezca que ya no, todavía da la vida.
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