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La soledad es un mal que cada vez afecta a un mayor número de españoles de todas las edades, pero cuya prevalencia aumenta muy claramente a partir de los 65 años -cuando la red social de familiares y amigos empieza a romperse-, y que, además, ... ataca con mayor virulencia a los ciudadanos con un menor nivel educativo, que están más expuestos al aislamiento social. Cuatro de cada diez jubilados se sienten muy solos y la proporción abarca a la mitad a partir de los 80 años.
Estas son algunas de las principales conclusiones del estudio 'Soledad y riesgo de aislamiento social en las personas mayores', elaborado por La Caixa a través de una encuesta a 1.688 adultos de Cataluña, Baleares, La Rioja y Andalucía, territorios en los que la fundación tiene implantado el programa de voluntariado 'Siempre acompañados' junto a ayuntamientos y ONG como Cruz Roja.
El análisis parte de la constatación de que los ciudadanos creen que la soledad es un problema importante sobre todo entre los mayores (8,9 puntos sobre 10) y, sin embargo, la mayoría dice no conocer casos concretos, lo que demuestra que es un fenómeno que se oculta y queda en la esfera privada.
El estudio pone de relieve los altos niveles de soledad en todas las edades. Un tercio de los españoles de entre 20 y 39 años admite padecer soledad emocional -la vinculada a la carencia de relaciones significativas- y el 26,7% confiesa sufrir soledad social -falta de sentimiento de pertenencia a un grupo-. Esta realidad adquiere proporciones preocupantes entre las personas de más de 65 años (el 39,8% presenta soledad emocional y el 29,1%, soledad social) y alcanza tintes alarmantes entre los mayores de 80 años (el 48% confiesa soledad emocional y el 34,8%, soledad social).
El estudio concluye también que el riesgo de aislamiento de la red social de amigos es mayor cuanto más bajo es el nivel educativo. En concreto, las personas sin estudios tienen el 37% de riesgo de aislamiento social mientras que el peligro se queda en el 6,6% entre los que tienen estudios superiores.
La diferencias por sexo son notables. El riesgo de aislamiento es superior en los hombres que en las mujeres, ya que en ellos empieza a aumentar entre los 40 y los 64 años y en las mujeres lo hace entre los 65 y los 79. La explicación es que las mujeres tienen una red social más amplia y de mayor calidad que los hombres.
El estudio advierte de que el fomento de las relaciones sociales es crucial para disminuir la sensación de soledad entre las personas y avisa de la importancia de actuar contra el aislamiento, un mal que irá en aumento en los próximos años debido al envejecimiento de la población española.
De hecho, los especialistas recuerdan que la soledad, que tiene su propio departamento gubernamental en Gran Bretaña, mata. Los que la padecen tienen más posibilidades de sufrir demencia, mortalidad temprana y alta presión arterial.
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