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ALBA PELÁEZ y Carlos Nieto
Lunes, 20 de septiembre 2021, 16:41
El volcán de Cumbre Vieja, en La Palma, no es el único que continúa activo y puede provocar más de un susto en las poblaciones cercanas en forma de terremoto, tsunami o expulsión de lava y cenizas. Repasamos los cráteres más importantes que siguen vivos ... en el mundo y que históricamente se convirtieron en grandes amenazas.
Hasta el de La Palma, era el último volcán europeo en entrar en erupción. El pasado mes de marzo se registraron dos ríos de lava que originaron una columna de humo, rocas y cenizas de seis metros de altura. De hecho, el aeropuerto de Catania se vio obligado momentáneamente a cerrar su actividad. Es el cráter más alto de Europa: aumentó su altura en 33 metros durante la última erupción, hasta alcanzar ahora los 3.357.
No nos movemos del país transalpino. El volcán que arrasó en el año 79 con la ciudad de Pompeya también se encuentra activo, aunque no expulsa lava desde 1944. Eso sí, los sustos son constantes en el sur de Italia, ya que los desprendimientos de tierra del cráter suelen levantar nubes de polvo y ceniza, provocando falsas alarmas. Hasta 600.000 personas de 18 pueblos viven en las faldas del monte, en el perímetro que alcanzaría la lava. Hoy en día es un atractivo turístico y una visita que no te debes perder si visitas Nápoles.
Hace tan solo dos años de la última erupción de este volcán, situado en la isla homónima de apenas 400 habitantes que se originó hace unos 6.000 años. En 2019, un excursionista perdió la vida cuando escalaba el volcán en el momento que entró en erupción. De hecho, hubo quien se lanzó al mar después de la explosión. Para los amantes del montañismo, deben saber que inhalar durante más de una hora el óxido de azufre de las emisiones volcánicas puede ser peligroso.
De nombre impronunciable, entró en erupción en marzo del presente año. Tras dos semanas de intensa actividad sísmica con terremotos que rozaron los 6 puntos de magnitud, los temblores se tradujeron en lava, aunque no hubo que lamentar ninguna incidencia. Situado a solo 30 kilómetros de la capital Reikiavik, el magma obligó a cerrar las carreteras limítrofes y las autoridades del país isleño pidieron a la población que no se acercase a la zona, aunque hubo muchos curiosos que se animaron a verlo lo más cerca posible.
Otro trabalenguas de la isla europea. Su erupción de 2010 alteró los planes de 10 millones de pasajeros de todo el continente, ya que las nubes de ceniza obligaron a cerrar la práctica totalidad del espacio aéreo en Europa durante una semana. Situado en un glaciar, las bajas temperaturas paralizaron rápidamente la violencia y rapidez de la lava, obligando aun así a evacuar a 800 personas.
Este es uno de los volcanes más vivos de la Tierra. Su ubicación, cercana a zonas de residencia, convierte a este cráter en uno de los más peligrosos del mundo. A principios de mayo de 2018 se registraron numerosos pequeños terremotos que daban cuenta de la actividad del volcán y como consecuencia de su erupción, que finalizó a principios de septiembre, miles de personas tuvieron que ser evacuadas. La más reciente se registró el 25 de diciembre de 2020. Evaporó el agua que se había formado en el fondo de la caldera desde 2019 y dejó en su lugar un llamativo lago de lava.
Goma, ciudad al este del Congo, sufrió este año un susto importante. El volcán Nyiragongo entró en erupción el pasado mayo y decenas de miles de personas tuvieron que refugiarse en las aldeas cercanas. La última erupción importante se produjo en 2002, llevándose por delante la vida de 3.000 personas. En esta ocasión, la lava destruyó una docena de aldeas, pero se detuvo de forma fortuita a la entrada de la ciudad, cerca del aeropuerto. Eso sí, la última actividad trajo consigo sendos seísmos.
«El siempre activo». Las últimas investigaciones de las universidades de Bristol y Exeter, en colaboración con el Centro de Investigación del Volcán Sakurajima, apuntan a que en 20 años podría darse una actividad similar a la de 1914, lo que provocaría graves daños y comprometería la seguridad de miles de personas. El cráter ha dado más de un susto en los últimos años, con erupciones en 2013, 2016 y 2019. El más reciente, el de 2019, vino acompañado del lanzamiento de cenizas que se elevaron hasta los 5,5 kilómetros de altura.
Hace tres años, en enero de 2018, más de 60.000 personas tuvieron que ser evacuadas tras la erupción del Mayón y la posterior columna de humo de entre 3 y 5 kilómetros, que estuvo acompañada de la expulsión de material piroclástico. En 2014 había entrado ya en erupción, pero la población temía una actividad similar a la de 1841, año en que el volcán acabó con la vida de 1.200 personas.
A finales de enero de 2021, el Merapi entraba en erupción. Las columnas de humo, que alcanzaron los 3 kilómetros de altura, expulsaron una mezcla de lava, cenizas y humo. Esta actividad se hizo notar también en forma de temblores y avalanchas de rocas ardientes. Hace once años, el Merapi provocó una auténtica catástrofe, cuando causó la muerte de 347 personas y obligó a la evacuación de otras 400.000.
Uno de los volcanes más mortíferos del mundo. La última actividad registrada fue en abril de 2020, pero dos años antes el Krakatoa se cobraba la vida de 439 personas. Sin embargo, fue en 1883 cuando la erupción de este monte provocó un tsunami que dio como resultado un balance de 36.000 víctimas mortales.
Uno de los más activos del país. Su última actividad importante fue en 1968. Desde entonces, el volcán emite de forma periódica gases y vapores de agua, todo un reclamo para el turismo de la zona.
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