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Darío Menor
Roma
Martes, 3 de octubre 2023, 10:01
El sector conservador de la Iglesia católica vuelve a enseñar los dientes al Papa ante el inicio del Sínodo sobre la sinodalidad, la gran asamblea eclesial convocada por Francisco para diseñar el futuro de la Iglesia tras el amplio proceso de consulta a los católicos ... desarrollado durante los últimos dos años. Las reuniones de los 464 participantes en esta primera sesión (habrá una segunda en octubre de 2024) comienzan este miércoles en el Vaticano con mucho por hablar, ya que de parte de los fieles han llegado propuestas rompedoras, como la ordenación sacerdotal femenina, el fin del celibato obligatorio, el reconocimiento de las uniones homosexuales o la necesidad de dar mayor poder a los laicos en el gobierno de las diócesis, entre otras exigencias.
Aunque en la Curia romana se insiste en que del Sínodo no saldrán cambios doctrinales, cinco cardenales conservadores le escribieron el pasado mes de julio a Jorge Mario Bergoglio una carta, cuyo contenido no se conoció hasta este lunes, en la que plantean su preocupación porque puedan tocarse algunos puntos de la fe y de la moral. Provenientes de cinco continentes diversos, los purpurados son: el alemán Walter Brandmüller, el estadounidense Raymond Leo Burke, el mexicano Juan Sandoval Íñiguez, el guineano Robert Sarah, y el chino Joseph Zen Ze-kiun. Todos ellos están jubilados de sus responsabilidades de gobierno y ya se habían manifestado en el pasado en contra de las posiciones más aperturistas de Bergoglio.
Los 'dubia', como se denomina en latín al documento que plantea dudas sobre las implicaciones doctrinales que puede suponer el Sínodo, fueron filtrados a los medios por los cardenales con la excusa de que el Papa no les había respondido, lo que fue desmentido por el Vaticano al hacer pública la carta que les envió el obispo de Roma. En ella les recuerda que «no podemos constituirnos en jueces que solo niegan, rechazan y excluyen» a los homosexuales y aprovecha para defender el derecho a debatir de los diversos temas dentro de la Iglesia, como hicieron ellos mismos al «opinar libremente» con sus 'dubia'. También se refiere Bergoglio a la eventual ordenación sacerdotal de las mujeres, señalando que es un tema que «puede ser objeto de estudio».
En su texto, los purpurados conservadores habían invitado a Francisco a que aclarase su posición acerca de puntos controvertidos, como las bendiciones a las uniones homosexuales o el sacerdocio femenino. También se preguntaban acerca de la autoridad que puede tener para alterar los principios de la fe católica esta asamblea, en el que no sólo participan obispos, como es habitual, ya que contará con una amplia representación de laicos. Éstos, además, podrán votar por primera vez el documento final, lo que antes sólo se permitía a los prelados. En total habrá 365 integrantes, de los que 54 son mujeres, con derecho a voto. Pese a la ilusión generada en muchos católicos por esta decisión y por la fase de consulta previa, Francisco ha tratado de que la asamblea mantenga un perfil bajo, al imponer que todos los trabajos sinodales se desarrollen de manera reservada y centralizar la información en los áridos resúmenes del responsable de la comunicación vaticana, Paolo Ruffini.
El inicio del Sínodo este miércoles coincide con la publicación de un nuevo texto magisterial del Papa, la exhortación apostólica 'Laudate Deum' (alabad a Dios), un documento considerado como la segunda parte de la encíclica 'Laudato si', proclamada en 2015, y que estará dedicado a la protección de la naturaleza y la denuncia de los efectos del consumismo extremo sobre el medio ambiente.
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