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Pepe Moreno
Jueves, 21 de marzo 2024, 13:37
El pasado 7 de marzo, Antonio, un jubilado que vive en Las Gabias, estaba paseando al perro de su hija Laura. Es algo que hace a diario. Pero desde ese día, esa rutina se ha vuelto una pesadilla. De repente, se le acercó un vecino ... y, sin mediar palabra, le roció la cara con un espray de pimienta, algo que le provocó picor e irritación en ambos ojos. Así lo narra el parte de lesiones y la denuncia interpuesta contra el presunto agresor.
Melanie, otra vecina, ha presentado otra denuncia por acoso e intento de agresión contra este vecino, que se presentaba en su casa, le enviaba numerosos mensajes de Whatsapp y llegó a levantarle la mano mientras empuñaba un martillo.
También hay otra acusación conjunta contra este señor por pinchar las ruedas de todos los coches que había aparcados en el garaje comunitario. Así hasta 40 denuncias por distintos hechos en poco más de un mes por parte de los vecinos de este bloque de viviendas de Las Gabias. Una zona residencial tranquila, agradable para vivir. Pero que se ha vuelto una pesadilla por la convivencia con este vecino problemático que agrede, amenaza y destroza las zonas comunes. Son 30 personas adultas que viven en un bloque en el que la situación se ha vuelto insostenible. El denunciado se pasea con un cuchillo de grandes dimensiones por las zonas comunes de la comunidad, vierte aceite en las puertas de los vecinos «con la intención de que nos caigamos y nos rompamos la cabeza», rompió el sistema de acceso al parking y deja cartas con amenazas a los distintos vecinos.
Pero, una de las cosas que más preocupa es la acumulación de bombonas de butano en el interior y el exterior de la vivienda. «Esta persona tiene algún tipo de enfermedad mental. Nos da miedo entrar y salir de casa y del bloque. Vivimos atemorizados», comenta a IDEAL Laura Caraballo, una de las personas que sufre este problema. El otro día apareció la puerta que da acceso a la vivienda del denunciado de un manera bastante siniestra. Estaba pintada de rojo, como si de una sangrienta escena se tratara. Sobre el sádico lienzo se puede leer un mensaje amenazante pero incoherente hacia el resto de los miembros de esta comunidad de propietarios.
El temor de estos vecinos ha llevado a que se gasten casi 2.000 euros en un sistema de vigilancia que capta en tiempo real todo lo que ocurre en el edificio. Una medida a la desesperada para tener controlado a este vecino, saber si está o no en las zonas comunes para salir a la calle con cierta tranquilidad y dejar documentado todo lo que este hombre hace a diario.
A estos vecinos no les queda otra opción que esperar a que alguna de las denuncias prospere en los juzgados, aunque su mayor esperanza es que este vecino conflictivo pueda ser echado de la vivienda por el impago del alquiler. Mientras tanto, la incertidumbre y el miedo es su día a día. Es la pesadilla de vivir con tu enemigo.
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