El coladero europeo de las falsificaciones
Sangría económica ·
España pierde 5.700 millones y 44.700 empleos al año por el impacto de las imitaciones en moda, perfumería y jugueteríaSecciones
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España pierde 5.700 millones y 44.700 empleos al año por el impacto de las imitaciones en moda, perfumería y jugueteríaEspaña es el coladero de Europa de las falsificaciones. Desde productos de prestigiosas marcas de moda y tecnología a preservativos falsos de Durex o pastillas con el principio activo de la Viagra. Desde un juego de cartas de Pokémon hasta la camiseta del equipo de ... fútbol más popular, pasando por un perfume de moda o una pulsera de Cartier. España se ha convertido en el segundo país de la Unión Europa, por detrás de Bulgaria, con mayor tasa de compras ilegales . No solo eso: es uno de los lugares donde más imitaciones se fabrican y distribuyen.
El comercio ilícito ha destapado una cara 'b' con graves consecuencias económicas, sociales, medioambientales e incluso sanitarias. El impacto del fraude es demoledor al provocar unas pérdidas de 5.700 millones de euros anuales y llevarse por delante 44.700 empleos. En números redondos, se calcula que el impacto porcentual en el PIB se sitúa en torno al 20%. Alimentación, cosmética, bebidas, perfumería, juguetería y artículos de lujo son los sectores más afectados, subraya el informe 'Situación del comercio ilícito y fraude en España, Europa y el resto del mundo', elaborado por la agencia de investigación Sicpa. El 11% de las ventas jugueteras se va al canal ilegal.
En toda Europa las pérdidas por este concepto rozan los 50.000 millones de euros, un 'tsunami' que ha devorado 416.000 puestos de trabajo. Con razón Martín Sarobe, director general de Sicpa, considera las falsificaciones «la gran lacra del siglo XXI». Lo peor, advierte, no es que sigan siendo «una tendencia al alza», sino que un tercio de los europeos las considera una alternativa «aceptable» cuando los precios de los productos auténticos «son demasiado elevados». Entre los jóvenes españoles de 15 a 24 años este porcentaje se dispara hasta el 50% frente al 37% de Europa. La ropa deportiva encabeza las preferencias de los compradores 'millenials'.
Miguel Lorite, teniente de la Unidad Técnica de la Policía Judicial de la Guardia Civil, que participó en la presentación del informe, liga los beneficios que el «crimen organizado» obtiene con las imitaciones «al bajo reproche penal» que, a su juicio, acompaña esta situación. «Los beneficios son tan elevados para los delincuentes que les permite financiar otras actividades ilícitas como el narcotráfico o terrorismo. Si el narcotráfico garantiza a las bandas ganancias del 200%, la falsificación de productos farmacéuticos puede generar un rendimiento del 2.000%», calcula Lorite, que juzga fundamental «la colaboración» de las fuerzas de seguridad «con Europol e Interpol» en la batalla emprendida contra unas falsificaciones que cada vez son «de mejor calidad».
20% de los españoles
reconoce haber comprado a propósito productos falsificados en los últimos años. Un tercio de los europeos considera «una alternativa aceptable» adquirir artículos ilegales cuando los precios de los auténticos «son demasiado elevados». El 81% de los ciudadanos de la UE conviene en que adquirir estos artículos «arruina empresas y sirve de apoyo a organizaciones criminales».
Pese a que organizaciones como Cecobi, la patronal vizcaína del comercio, han denunciado en múltiples ocasiones «la pasividad» de las instituciones vascas contra la venta ambulante clandestina, los expertos advierten de que cada vez se ven «menos 'top manta' en las calles». El negocio ha crecido «exponencialmente» en internet, valora José Ángel San José, inspector jefe de la Brigada de la Policía Científica. Plataformas como Instagram o las tiendas 'online' son más efectivas, en su opinión, para despachar productos ilegales «desde cualquier sitio» del mundo.
Las reglas del juego han cambiado, lo que dificulta sobremanera la desarticulación de las mafias fabricantes. La 'deslocalización' de la producción clandestina, asentada tradicionalmente en China, ha puesto el foco en otros puntos. La mercadería que llega ahora a España -procedente de Turquía, Singapur y Emiratos Árabes Unidos, utiliza Málaga como principal vía de escala, por donde pasa el 30% del volumen de falsificaciones- recibe el último acabado en suelo nacional. Los intermediarios recogen las camisetas preparadas para que los sellos se impriman encima de ellas. Una operación que les reporta mayores beneficios por el ahorro de costes.
En un ejercicio de autocrítica, San José lamenta que las penas no están adecuadas al «volumen de dinero que se mueve» y que los controles policiales «son insuficientes». Sin embargo, las empresas afectadas «tampoco lo están haciendo bien» al no poner «las medidas necesarias para que la compra sea fiable». «No nos proporcionan a los cuerpos policiales la información adecuada. La colaboración es mínima y la información, obsoleta», reprocha. En este escenario digital, muchas marcas se sienten indefensas con la actuación de las plataformas al vender productos de terceros que además de incidir en la salud y seguridad pública infringen sus derechos.
Para Oscar Mateo, director de conocimiento de la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (STANPA), la Administración debe ser más contundente en las penas y la justicia, más «ágil y sensible. Las marcas cumplen con la legislación, pagan impuestos y generan empleo, pero compiten con otros que son delincuentes, todo un reto para la industria». Se calcula que España deja de ingresar cada año 1.511 millones, siendo el cuarto país europeo más perjudicado, por detrás de Alemania, Francia e Italia. «Los malos tratan siempre de estar a la vanguardia y nosotros tenemos que estar un paso por delante», advierte Sarobe.
8.000 empleos
de la industria del perfume y la cosmética se pierden cada año en España por culpa de las falsificaciones. Este sector cuenta con más de 400 empresas y genera 40.000 puestos de trabajo directos y más de 250.000 indirectos.
Pero también se echa en falta una mayor concienciación ciudadana. Uno de cada cinco españoles reconoce haber comprado deliberadamente productos falsos. Hace dos años este porcentaje era tan solo del 5%, por lo que la cifra se ha multiplicado por 4 en tres años. «Tenemos que ponernos las pilas porque el fraude demuestra lo vulnerables que somos, ya que incluso las empresas más reconocidas son susceptibles a estas actividades ilegales», esgrime Enrico Frabetti, director de la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas.
Oscar Mateo alerta sobre un escenario plagado de sombras por los «riesgos tan altos» a los que se exponen los consumidores. Asegura que hace un tiempo se descubrió un ingrediente anticongelante para autos en un enjuague bucal». Los expertos advierten de que la comercialización de réplicas de colonias o maquillaje han conducido a muchos clientes a los hospitales con irritaciones oculares, dermatitis e intoxicaciones por inhalación.
Las organizaciones de consumo de diferentes comunidades han tramitado en los últimos años bastantes denuncias por la venta de cosméticos que contenían disolventes industriales y componentes tóxicos o prohibidos. Una tarea complicada de erradicar, pese a los graves riesgos sanitarios, según Gerard Guiu, director general de la Asociación para la Defensa de la Marca (Andema). A su juicio, muchos clientes adquieren falsificaciones «como una forma de adaptación social y de encajar en un determinado grupo».
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