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Así es la cocaína rosa, la droga de las mentiras detrás de la muerte de un menor en Madrid

Así es la cocaína rosa, la droga de las mentiras detrás de la muerte de un menor en Madrid

Cada vez más habitual en zonas de ocio y prostitución de alto standing, lo único cierto de esta sustancia es su color, y ni eso: no contiene coca, no es un producto elitista y ahora, además, se fabrica con ketamina, un anestésico de uso veterinario

Juan Cano

Málaga

Lunes, 19 de febrero 2024, 18:54

Tuci, Tusi, tusibí, nexus, pantera rosa, bromo-mescalina, color, eros… La cocaína rosa, conocida como la droga de los ricos o de la jet set, tiene tantos nombres como variantes en su composición, aunque bien podría llamarse la droga de las mentiras, porque no hay nada cierto en ella. Bueno, sí. Que es rosa. Aún así, su consumo ha ido en ascenso en los últimos tiempos en España. Ahora ha vuelto a salir a la palestra tras morir un joven de 14 años tras haber tomado una bebida energética junto con este tipo de droga de laboratorio fabricada a base de compuestos químicos para conseguir el efecto estimulante del éxtasis y el alucinógeno del LSD.

El 2CB fue sintetizado por primera vez en 1974 por el químico y farmacólogo californiano Alexander 'Sasha' Shulgin, considerado el padre del éxtasis (y de otras 200 nuevas drogas de diseño que probó y experimentó en sus propias carnes). «Pegó muy fuerte hace unos años en Colombia, donde lo llamaban 'el color'. Allí empezó a conocerse como la droga de la alta sociedad», explica el jefe del Grupo de Sintéticos de la Udyco-Central (Unidad contra las Drogas y el Crimen Organizado) de la Policía Nacional.

Con Internet y el auge del comercio 'online' de psicotrópicos, el tusi saltó fronteras y se extendió primero a Sudamérica y, después, a América del Norte y Europa. Uno de los responsables de su expansión internacional fue Alejo Tusibí, considerado el gran capo de la coca rosa y bautizado por algunos medios como 'El Pablo Escobar de las drogas sintéticas'. Si el creador de la fórmula fue Sasha Shulgin, el colombiano sería su discípulo más aventajado.

Las primeras incautaciones en España se produjeron hace aproximadamente una década. La última, tal y como adelantó este diario, data del pasado noviembre, cuando la Policía Nacional descubrió en Marbella uno de los mayores alijos de esta sustancia: 7,5 kilos de tusi a un grupo de narcos que metía droga escondida en maletas a través del aeropuerto de Barajas.

El supuesto cabecilla de la banda dormía plácidamente sobre un lecho que, a 140 euros el gramo, superaría el millón. «Llevábamos tiempo vigilando a esta organización y sabíamos que podía haber coca en algún domicilio, pero no esperábamos encontrar esa fortuna en tusi oculta en el canapé de una cama», comenta el responsable del Grupo I de Estupefacientes de la Udyco-Costa del Sol, una de las unidades que ha liderado la 'operación Larios'.AdulteradoLa primera mentira de la cocaína rosa reside en su propio nombre: no es cocaína. La única similitud es que se comercializa en polvo y se esnifa, aunque también se vende en pastillas. No se parece ni en su composición, ni en las dosis de consumo ni en su precio de mercado. El gramo de tusi puede alcanzar los 140 euros, mientras que el de la cocaína ronda los 60. Pero es que ya apenas contiene 2CB. L

a fórmula de Sasha Shulgin, clasificada desde hace años entre las sustancias prohibidas, está siendo desplazada en el mercado por una nueva cocaína rosa. O simplemente por otra droga que tiene el mismo color. «Los análisis realizados en Latinoamérica y en Europa confirman que es un producto hecho mezclando MDMA y ketamina», asegura Claudio Vidal, director de proyectos de Energy Control, entidad dedicada a investigar sustancias estupefacientes.Los datos demuestran que hay un nuevo producto en circulación en el mercado. En los últimos tres años, los laboratorios de Energy Control en España han analizado 146 muestras de polvo rosa que ofrecen una estadística demoledora: sólo una de cada 10 era realmente tusibí. El 96% contenía ketamina; el 86%, MDMA; el 58%, cafeína; el 9%, 2CB y el 2%, cocaína.

El MDMA, el rey de las anfetaminas, es un psicotrópico que necesita poca presentación. Según el último anuario sobre drogas del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), en 2021 se decomisaron en España 623.110 unidades de éxtasis y otros 401.050 gramos de cristal, las dos formas de presentación más comunes del MDMA.La ketamina es un anestésico de uso médico y sobre todo veterinario que está cada vez más presente en el mundo del narcotráfico por sus cualidades alucinógenas. Trafican con ella bajo los nombres 'Special k' o 'kit kat' y ha alcanzado cierta popularidad. Según la encuesta europea 'online' sobre drogas, el 13% de los consumidores de estupefacientes la había probado. En España se han intervenido 33.149 gramos en 2021, un 12% más que el año anterior, aunque hay otros muchos psicotrópicos, como el tusi, que están fabricados a partir de esta sustancia.

En los países de renta alta, la ketamina es prácticamente el único anestésico inyectable usado en caballos, aunque también se emplea en clínicas de pequeños animales para casos de alto riesgo y especies exóticas. En las regiones menos desarrolladas del planeta, este fármaco, que se sintetizó por primera vez en 1962, se sigue usando con fines médicos.Por eso la comunidad científica se opuso cuando hace años Naciones Unidas, a instancias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), quiso someterla a una prohibición global. Como medicamento, sigue considerándose «esencial», tal y como recoge un informe que la OMS ha hecho público esta misma semana y que, al mismo tiempo, advierte del «mercado negro en expansión» de la ketamina y en concreto del tusi.El I+D del narcoLa novedad, ahora, es que la ketamina se ha convertido en el principal ingrediente -la dosis de MDMA es mínima- de la «mal llamada coca rosa», precisa Claudio Vidal. En el laboratorio Químico-Toxicológico de la Comisaría Provincial de Málaga, donde llevan años analizando la evolución de esta sustancia, confirman que casi todo el tusibí que les llega actualmente no contiene 2CB, sino ese extraño cóctel de ketas y MDMA, aderezado a veces con un estimulante como la cafeína.

Ya ni siquiera el color es un indicador fiable del tusi. Porque, para empezar, no siempre es rosa. «Depende del color de la pastilla que utilicen en la mezcla», matiza el oficial Roberto mientras muestra una bolsita con una sustancia en polvo de color azul que, paradójicamente, ha dado positivo a lo que se conoce como coca rosa. «Lo hemos encontrado hasta de color oro», el jefe del Grupo de Drogas Sintéticas de la Policía. Hace poco, una patrulla intervino una bolsita de unos 30 gramos con una sustancia en polvo y de tonalidad dorada. Cuando la analizaron en el laboratorio, era ketamina con MDMA, la combinación del tusi que se vende actualmente en el mercado.

El motivo de estas constantes mutaciones lo explica el oficial Roberto, que es uno de los seis policías -todos licenciados en Química- que trabajan en el laboratorio de la Policía en Málaga: «En las drogas de diseño hay un núcleo central, que sería el árbol, y múltiples ramas. Cuando se detecta una sustancia nueva, se fiscaliza y se incluye entre las prohibidas. ¿Qué hacen los narcos? Quitan una rama y la sustituyen por una nueva». Así, el producto resultante no estaría en la lista y por tanto no puede ser considerado una droga, con lo que se puede sortear, al menos la primera vez, el delito contra la salud pública.

El médico forense Sebastián Díaz, que es profesor de Farmacología de las Drogas de Abuso y experto en nuevas sustancias psicoactivas (en inglés, NPS), recuerda que en 2015 hubo un «pico brutal» del I+D del narco y se llegaron a detectar 400 sustancias nuevas en el mercado. «El 2CB está ilegalizado, pero se han sintetizado nuevas variantes que ahora mismo no están ilegalizadas a partir de compuestos que se venden de forma libre por Internet», añade el galeno.

Nuevas fórmulas más adictivas

Los cocineros -como se denomina en el argot policial a los fabricantes de pastillas, que suelen ser químicos o al menos expertos en la materia- de los laboratorios clandestinos buscan nuevas fórmulas más adictivas que escapen al control sanitario. «Las más alucinógenas acaban en 'fly', como la 'dragon fly', que es un tipo de feniletilamina», detalla el forense. El apellido 'fly' proviene de su composición química, con un eje central y dos estructuras a los lados que parecen las alas de una libélula.«No saben lo que se meten»Según el Informe Europeo sobre Drogas, en 2020 se detectaron en el mercado 372 nuevas sustancias psicotrópicas. Casi un tercio de ellas (106) son feniletilaminas, como el 2CB y sus variantes.

A finales de 2021, las autoridades vigilaban 880 nuevas sustancias psicoativas, de las cuales 52 se notificaron por primera vez en Europa ese año.El problema de la irrupción de estas variantes es que se desconoce los efectos que pueden causar en el organismo, porque el mercado va por delante de la investigación médica y científica. Así, en la calle se experimenta con sustancias que no están vigiladas por las autoridades sanitarias. Y los consumidores se convierten, sin saberlo, en conejillos de indias. «No saben lo que se meten», advierte el médico forense.Entonces, ¿cuál es el secreto del éxito de la cocaína rosa? «Puro marketing», apunta Miguel, el inspector que dirige el laboratorio de la Policía Nacional.

El halo de elitismo que rodea a la coca rosa la llevó a ser conocida como la droga de la alta sociedad. «Otra mentira. Nos la han vendido como la droga de las élites, de las modelos, y se le ha dotado de cierto glamour, pero ni mucho menos es así», afirma Claudio Vidal.Incluso el mito de su elevado precio es falso: «Estamos observando consumos -continúa el director de proyectos de Energy Control- en todos los estratos y el precio varía muchísimo según dónde se adquiera. Hay fiestas donde puedes encontrar el gramo a 20 euros y otras, a 100. No es una sustancia exclusiva de un determinado grupo social».

La consumen los jóvenes en zonas de ocio y también, destaca el jefe del Grupo de Drogas Sintéticas, en determinados entornos de prostitución de lujo, donde las meretrices consumen o se ganan una comisión con esta sustancia bajo la (falsa) etiqueta de su exclusividad. «La estamos encontrando principalmente en la Costa del Sol, Madrid y Baleares», afirma el agente, que es uno de los mayores expertos de la Policía en estas nuevas sustancias y que reconoce el «incremento importante» de las aprehensiones de tusi.

Sin embargo, pese a que los informes policiales y la propia experiencia de los agentes apunta a que se trata de un fenómeno en auge, las grandes incautaciones de coca rosa se miden generalmente por gramos o kilos, no por toneladas, como sucede con la cocaína o el hachís. La explicación la tiene el jefe del Grupo de Sintéticos: «Al contrario de lo que le sucede a otras sustancias, el tusi pierde propiedades cuando se almacena. Le pasa como al azúcar, tiende a apelmazarse. Por eso no vas a encontrar 200 kilos: se fabrica en cantidades más pequeñas y por encargo».

Los expertos coinciden en que el éxito de esta sustancia se basa fundamentalmente en su «política comercial», como sostienen los informes policiales, y en que se trafica con ella en pequeñas dosis, generalmente por Internet. «El de la coca rosa ha sido uno de los fenómenos más curiosos de los últimos años. Ha demostrado lo fácil que es incorporar un producto nuevo simplemente mezclando dos sustancias y añadiendo un colorante», concluye Vidal.

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