El cuadro de Jacques Louis-David que representa el asesinato de Marat en su bañera y el trozo de periódico con su sangre que se conserva en la Biblioteca Nacional de París.

Un diagnóstico médico a los dos siglos de morir

El análisis de ADN de la gota de sangre que el jacobino Marat dejó en un periódico cuando fue asesinado en 1793 revela la enfermedad de la piel que lo confinó a una bañera

Jueves, 7 de noviembre 2019, 13:07

La historia recordará siempre a Jean-Paul Marat por dirigir e inspirar al ala más sangrienta de la Revolución Francesa, los jacobinos. Pero su recuerdo también va asociado a otra imagen impresa en el imaginario colectivo gracias al cuadro de Jacques Louis-David que inmortalizó ... su asesinato en 1793: en su bañera. Hoy, dos siglos después, un grupo internacional de científicos, con amplia participación española, ha realizado el diagnóstico de la enfermedad que, se decía, sufría en la piel. El análisis de ADN de la gota de sangre que dejó en el periódico que leía cuando fue apuñalado ha permitido saber hoy que sufría una dermatitis seborreica. Una dolencia que sólo aliviaba con continuos baños.

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Los restos biológicos que han permitido este diagnóstico médico 226 años después fueron conservados por la hermana del científico y médico reconvertido en político Charlotte Corday. Exactamente, se trata de una hoja del diario 'Los amigos del pueblo' que se encontraba anotando y que, tras pasar por dos coleccionistas, era conservado por la Biblioteca Nacional de París. «Extrajimos y secuenciamos ADN de la mancha de sangre y también de otra sección del periódico, que usamos para comparar», explican los autores del estudio en su informe.

Descartaron así que fuese víctima de un virus. Por contra, apunta la hipótesis de que Marat pudo sufrir una «infección micótica (de hongos) primaria (dermatitis seborréica) superinfectada por patógenos bacterianos oportunistas», señala el equipo formado, entre otros, por expertos de distintos institutos, de la Universidad Pompeu Fabra, de Barcelona.

El patógeno fúngico detectado por los análisis es la Malassezia restricta, causante de la dermatitis seborreica, que provoca picazón, enrojecimiento de la piel y manchas. Los expertos reconocen que los resultados no les permiten llegar «a un diagnóstico definitivo», pero sí descartar varias hipótesis previas y aportar pruebas de que «podría haber estado sufriendo de una infección polimicrobiana avanzada, ya sea primaria o secundaria a otra enfermedad».

Misterio de la Medicina

La picazón que sufría Marat le obligaba a pasar la mayor parte del tiempo en una bañera medicinal en la que llegó a instalar una pizarra que le servía de escritorio. La dolencia que lo confinaba a permanecer en agua tanto tiempo ha sido objeto de debate médico a la lo largo de la historia. La sarna, la sífilis, el eccema atópico o varios tipos de dermatitis fueron siempre las enfermedades que se les atribuían. Hasta se barajó la posibilidad de que sus picores fuesen fruto de la celiaquía. Finalmente, la dermatitis seborreica infectada cierra, aunque no de forma tajante este debate de siglos. Con toda probabilidad, su enfermedad fue fruto de las largas estancias que pasaba el jacobino en las alcantarillas de París mientras se escondía de sus enemigos políticos.

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Además de arrojar luz sobre el misterio que siempre envolvió a la enfermedad que debilitaba al personaje histórico, esta investigación supone otro hito importante en su campo relativo a la técnica empleada y a los restos analizados. «Hasta donde sabemos, representa la recuperación exitosa más antigua de material genético del papel de celuosa», apuntan en las conclusiones publicadas en bioRxiv.

Los restos de Marat se perdieron tras ser sacados del Panteón de París en febrero de 1795, por lo que el papel manchado con su sangre representa probablemente el único material biológico disponible para estudiar tanto su ascendencia como la causa de su estado de piel.

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Durante la última década, el análisis genético de patógenos antiguos ha progresado mucho gracias al uso de los avances tecnológicos desarrollados originalmente para el estudio del ADN antiguo humano. Pero la mayoría de los datos se habían obtenido hasta ahora de la secuenciación de huesos o dientes humanos.. Pero lo obtenido ahora es único. «No conocemos ningún intento previo de aprovechar la tecnología de ADN antigua para diagnosticar infecciones en personajes históricos, a pesar de la secuencia previa de restos de otras figuras históricas como el Rey Ricardo II y la supuesta sangre de Luis XVI», apuntan los autores de la investigación.

El análisis de ADN apoya además la heterogénea ascendencia del también científico y médico, cuya madre era de origen francés y su padre nacido en la isla de Cerdeña, aunque con más afinidad con la italia continental o España.

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