En una conversación es muy frecuente que las palabras de unos se solapen con las de otros. Sobre todo si el diálogo se mantiene entre españoles, expertos en hablar por los codos. Lo mismo ocurre en las telecomunicaciones. ¿A quién no se le ha quedado ... un mensaje estancado en la bandeja de salida por una saturación de la red? Es algo bastante común, pero hay solución: ¡las ranas!
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Un equipo de científicos nipones de la Universidad de Tsukuba (Tokio), liderado por el investigador Ikkyu Aihara, ha creado un modelo matemático a partir del comportamiento de los coros de ranas que permite evitar los errores de transmisión de datos entre los dispositivos conectados a una red.
Las ranas -en este caso las arborícolas japonesas macho, utilizadas en el estudio-, pueden evitar que su croar se solape con el de sus vecinas en un periodo de tiempo corto; así como sincronizar el inicio y el final de sus llamadas con el resto en una escala de tiempo más larga, formando coros colectivos. Además, pueden descansar en cada intervalo entre los coros, lo que les permite reducir el consumo de energía.
Según los hallazgos del estudio, publicados este miércoles en la revista británica de ciencia Royal Society Open Science, aplicar estos patrones del croar a las comunicaciones por radio permitiría evitar las interferencias en la transmisión de información y ahorrar energía.
Cuando un grupo de ordenadores o teléfonos inteligentes transmiten información simultáneamente a través de una red, se produce una «colisión entre los paquetes de datos» que impide su envío y recepción de forma fluida», ha explicado Aihara. «Observamos que, cuando una rana croaba, la siguiente comenzaba y seguía el canto de forma simultánea, algo que luego aplicamos a varios dispositivos», ha detallado.
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Tras analizar una grabación de 16 horas de sonidos onomatopéyicos, los investigadores extrajeron una fórmula matemática que aplicaron a 100 dispositivos conectados a una red. La simulación demostró que las máquinas adaptaban el intervalo de transmisión de datos para evitar interferir con los envíos procedentes de otros aparatos cercanos.
«El aumento repentino del uso de Internet causará colisiones de paquetes y un uso masivo de energía», ha dicho el profesor de la Universidad de Keio Satoshi Kurihara, quien se especializa en la ciencia de redes complejas. Así, la aplicación del comportamiento de los animales a los problemas del mundo real puede ser útil para desarrollar equipos más eficientes y que consuman menos energía.
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