Secciones
Servicios
Destacamos
Borja Robert
Jueves, 5 de noviembre 2015, 20:59
La sonda Maven de la NASA ha observado un nuevo tipo nuevo de aurora boreal en Marte. Un fulgor de luces en el cielo que se producen cuando partículas de alta energía provenientes del sol se apelotonan sobre las líneas del campo magnético de un ... cuerpo celeste con atmósfera. Su aparición el pasado marzo, que cubrió prácticamente todo el hemisferio norte, puede ayudar a los científicos a comprender por qué el planeta rojo pasó de ser un astro húmedo, con lagos y ríos, al desierto áspero, seco y muy probablemente inerte de la actualidad.
"Estamos descubriendo como reacciona la atmósfera de Marte a las partículas de alta energía que le llegan del sol", explica Sonal Jain, investigador postdoctoral de la Universidad de Colorado y coautor del trabajo de analizar los resultados que ha enviado la NASA a la Tierra. "Creemos que la atmósfera del planeta está recibiendo una auténtica paliza por parte del sol, que está arrancándosela poco a poco". Por las evidencias geológicas en su superficie, se sabe que en Marte hubo un ciclo del agua similar al que ahora mismo existe en la Tierra. Es decir, agua que fluye, que se evapora, que se transforma en nubes y que vuelve a precipitarse hacia el suelo. Como ya no existe en el planeta rojo -la atmósfera actual es demasiado tenue para sostener un sistema así-, los científicos quieren saber por qué desapareció. Una de las explicaciones propuestas es, precisamente, esta destrucción de la atmósfera, probablemente asociada al enfriamiento de su núcleo interno.
La aurora que ha observado Maven y que han estudiado los científicos de la Universidad de Colorado es muy particular. En vez de ser como las más características de la Tierra, que solo pueden verse en las zonas polares y siempre en franjas -porque siguen las líneas del campo magnético terrestre-, la aurora boreal marciana cubrió todo el hemisferio norte del planeta. O, cuando menos, la mitad a la sombra -la zona expuesta directamente a la luz del sol es tan brillante que no permite detectarlas-. La mitad septentrional del cielo nocturno marciano. "No estamos seguros de si habría podido verse a simple vista porque nuestro instrumento solo analiza luz ultravioleta, pero es posible que sí", afirma Jain. "Pero sabemos que afectó a todo el hemisferio norte, o al menos a la zona nocturna". El efecto duró los cinco días que estuvieron llegando las partículas -el llamado viento solar- de una enorme llamarada solar que se produjo el pasado marzo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.