El cornudo de Wendiceratops

El Wendiceratops pinhornensis, que se ha reconstruido con más de 200 huesos procedentes de al menos cuatro individuos diferentes (tres adultos y uno joven), era herbívoro y se cree que se alimentaba de plantas bajas gracias un pico similar al de un loro.

Este dinosaurio tenía el cráneo 'fantásticamente' adornado, en especial para ser uno de los miembros más antiguos de esa familia. Uno de sus rasgos más característicos era una serie de pequeños cuernos doblados hacia adelante y dispuestos alrededor de una especie de estructura a modo de gola que le salía de la parte posterior del cráneo.

Cuernos en la cara

El doctor David Evans del Museo Real de Ontario, en Toronto ha explicado que este ejemplar "ayudará a entender la evolución temprana de la ornamentación del cráneo en un grupo icónico de dinosaurios caracterizado por tener cuernos en la cara".

El Wendiceratops tenía en la nariz un cuerno en vertical y es posible que también los tuviera sobre los ojos, ha explicado el experto.

El cuerno nasal es también una de sus características 'más interesantes'. Aunque el hueso nasal se ha reconstruido con fragmentos y se desconoce su forma completa 'está claro que servía de sustento' a un prominente cuerno que surgía en vertical.

Se convierte así en la primera evidencia documentada de un cuerno nasal alto en la familia de los ceratópsidos, que muestra la evolución intermedia entre los apéndices bajos de forma redondeada de los primeros dinosaurios cornudos y los largos cuernos del Styracosauris y sus parientes, agrega el estudio.

Este ejemplar fue bautizado como Wendiceratops en honor a la buscadora de fósiles Wendy Slodoba, que en 2010 descubrió el sitio del que salieron los restos fósiles y que en las últimas tres décadas localizó cientos de fósiles importantes.