Chequeo médico al Papa en un hospital de Roma debido a la gripe que sufre

Sí que tomó en cambio la palabra brevemente el Papa para recordar, con voz ronca y algunos golpes de tos, que este viernes se cumplen 25 años de la entrada en vigor de la Convención sobre la prohibición de las minas antipersonas y denunciar que estas armas tienen como objetivo «a civiles inocentes». Una vez concluida la audiencia general, el Pontífice abandonó el pequeño Estado en un vehículo utilitario para dirigirse de forma reservada al hospital Gemelli de la isla Tiberina, situado en el centro de Roma, y desde donde regresó poco después al Vaticano.

Esta clínica, a la que ya acudió en otra ocasión para someterse a una tomografía computarizada (TAC) es una sucursal del Policlínico Gemelli, donde estuvo ingresado en dos ocasiones el año pasado. Se pasó tres días hospitalizado en marzo por culpa de una bronquitis, mientras que en junio tuvo que someterse a una operación con anestesia general para tratarse de una hernia incisional incarcerada que le provocaba obstrucciones intestinales «recurrentes, dolorosas y cada vez más graves».

El Papa, además, ha sufrido otros episodios gripales estos últimos meses, incluida una bronquitis «muy aguda e infecciosa» a finales de noviembre de la que tuvo que tratarse con antibióticos por vía intravenosa, además de otros fármacos. Aquella enfermedad le impidió viajar a Dubai para participar en la conferencia internacional sobre el clima, la COP28.