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Esther Serrano, a la izquierda, junto a su madre y los peluches que han salvado del coche depositado en la ZAL del Puerto de Valencia. J. L. Bort
El cementerio de los coches perdidos en Valencia

El cementerio de los coches perdidos en Valencia

La DGT y Guardia Civil custodian en la ZAL del Puerto más de 2.000 vehículos afectados por la DANA y rescatados de carreteras interurbanas | La mayoría de los coches están inservibles y son pocos los conductores que consiguen arrancarlos

Lola Soriano Pons

Valencia

Miércoles, 20 de noviembre 2024, 08:55

Son miles los vecinos o trabajadores que perdieron sus vehículos la trágica tarde de la DANA que arrasó 75 municipios de la provincia de Valencia y ahora muchos de ellos deambulan por las calles y por los solares convertidos en montañas de coches en busca del coche perdido.

Muchos de los conductores se echan las manos a la cabeza cuando ven sus utilitarios en la cúspide de un conglomerado de metal, pero este no es el caso de los 2.500 coches que retiró la Dirección General de Tráfico (DGT), con la Guardia Civil de Tráfico, de las carreteras y vías interurbanas como la Pista de Silla o la V-30, entre otras, ya que se llevaron a distintos depósitos, sobre todo a la Zona de Actividades Logísticas (ZAL) del Puerto de Valencia, y los vehículos están estacionados en la amplia zona de viales, como si se tratase de una tarde de fútbol, y custodiados por la Guardia Civil y la Policía Portuaria.

A este emplazamiento de la pedanía de La Punta ya han acudido decenas de propietarios que quieren dar 'el último adiós' a sus utilitarios, motos o furgonetas, pero hay algunos (unos pocos) que incluso se llevan la grata sorpresa de que el coche arranca.

De los más de 2.000 que se encuentran en la ZAL, ya se han retirado por los propietarios o por las grúas de los seguros unos 150 y el lunes, por ejemplo, dos salieron a cuatro ruedas, sin necesidad de ser remolcados.

No hay que olvidar que la DGT ha habilitado en su web un buscador para que los propietarios puedan introducir los datos de la matrícula y verificar si se encuentran entre los vehículos retirados de las vías interurbanas.

Coches custodiados en la ZAL, la madre de Esther Serrano recuperando una silla de bebés y móvil con la identificación del coche. J. L. Bort
Imagen principal - Coches custodiados en la ZAL, la madre de Esther Serrano recuperando una silla de bebés y móvil con la identificación del coche.
Imagen secundaria 1 - Coches custodiados en la ZAL, la madre de Esther Serrano recuperando una silla de bebés y móvil con la identificación del coche.
Imagen secundaria 2 - Coches custodiados en la ZAL, la madre de Esther Serrano recuperando una silla de bebés y móvil con la identificación del coche.

Este martes, por ejemplo, se ha desplazado a la ZAL del Puerto Esther Serrano, vecina de Xirivella que en el momento de la DANA estaba trabajando en Picanya. «Me pilló trabajando en la farmacia de Picanya. El coche estaba aparcado pero llegó a rotar. Al día siguiente llamé a la grúa y varios días después se lo llevó. Me he enterado que está aquí en la ZAL y he venido a ver cómo está y a retirar los enseres».

Explica que su coche «tiene 17 años, pero estaba muy bien conservado y me hacía mi papel. Ahora está lleno de barro y tiene hasta moho en los asientos. Ahora me dirá el seguro cómo está, pero me avisaron que no lo arrancara».

Esther, después de identificarse en el control, acude acompañada por la Guardia Civil hasta el punto donde se encuentra el coche. Acude con su madre y abren el maletero. Retiran una silla de camping plegable «que no nos había dado tiempo a estrenar, un paraguas, un aparato para hinchar las ruedas, los triángulos de emergencia y tres peluches: «el del Pájaro Loco que compramos en Port Aventura; el del gato Garfield y Winnie the Pooh».

Marcos Tormos, camionero y vecino de Sueca, explica que el desbordamiento del barranco le pilló en la Pista de Silla. «Pensé que se trataba de una retención por algún accidente y luego ya vi cómo venía el agua».

Marcos transportaba ocho vehículos que se habían destinado para turistas en verano en las islas Baleares y que ahora se iban a destinar a la venta. «Como el agua llegó dentro de la cabina sólo hasta la altura de los pies, pienso que sí irá porque la batería tenía solo un mes. Esa noche la pasé en la litera del camión y cada hora me ponía el despertador para ver si había subido el nivel del agua o no, porque si pasaba de cierta altura sabía que tenía que salir».

Marcos Tormos, con el camión; Andrés Ruiz de Valdivia (d) y Ricardo Tárrega. Bort/LP
Imagen principal - Marcos Tormos, con el camión; Andrés Ruiz de Valdivia (d) y Ricardo Tárrega.
Imagen secundaria 1 - Marcos Tormos, con el camión; Andrés Ruiz de Valdivia (d) y Ricardo Tárrega.
Imagen secundaria 2 - Marcos Tormos, con el camión; Andrés Ruiz de Valdivia (d) y Ricardo Tárrega.

En principio los coches que estaban en la segunda altura del remolque seguro que podrán salvar, porque no llegó el agua y el resto faltará ver.

En la zona de control espera su turno para ver cómo ha quedado su coche Elisabet Álvarez. «El agua me pilló en Sedaví. Cuando vi el agua me salí del coche en el polígono y acabé cogida a un árbol. Estuve ocho horas dentro del agua. Mi coche nadó».

Relata que al día siguiente, a las 10 horas, «me rescataron unos voluntarios del Club Náutico que vinieron con una lancha». Su pareja, Juan Carlos Medina, añade que no se podía comunicar con ella y estuvo en casa hasta el día siguiente sin noticias de ella.

Elisabet confiesa que días después ha acudido al polígono de Sedaví para ver el árbol al que estuvo abrazada.

También aguardaban su turno Pablo Díaz y Silvia Sánchez. «El coche tenía seis años y todavía lo estaba pagando a plazos. Estaba aparcado en la puerta de casa, en Alfafar y se fue flotando. He estado diez días sin saber dónde estaba y comprobé en el buscador de la DGT que estaba en la ZAL. Vengo a hacerle fotos para el seguro».

El lunes, por ejemplo, pasó a recoger las pertenencias de dentro del coche Sergio Bartual. «Cuando vino el agua yo estaba en la Pista de Silla. El agua me llegó hasta el reposabrazos y me bajé. El sábado vine a verlo con el mecánico y dijo que está mal el motor de arranque y la caja de cambios. Lo gastaba sólo para trabajar. De hecho tenía 21 años pero sólo 80.000 kilómeros, pero está para tirar».

María Ángeles Alonso y su hija; SergioBartual y Elisabet Álvarez y Juan Carlos Medina. LP
Imagen principal - María Ángeles Alonso y su hija; SergioBartual y Elisabet Álvarez y Juan Carlos Medina.
Imagen secundaria 1 - María Ángeles Alonso y su hija; SergioBartual y Elisabet Álvarez y Juan Carlos Medina.
Imagen secundaria 2 - María Ángeles Alonso y su hija; SergioBartual y Elisabet Álvarez y Juan Carlos Medina.

Otro asistente del lunes fue Jesús Mariano Arroyo. «He venido a ver la furgoneta de trabajo. El coche estaba aparcado porque como soy camionero, lo uso el viernes para irme a mi casa, en Albacete. Un familiar me avisó que estaba aquí y vengo a coger las herramientas que tenía en el maletero».

Sandra Fuster y Mariano Ferrer también acudieron el lunes para comprobar si el coche iba o no. «Nos pilló la tragedia en la Pista de Silla. Íbamos a llevar a mi hermana a Alginet y estuvimos ocho horas con el agua por la cintura. A las 5 de la madrugada nos fuimos a la otra parte de la Pista de Silla y andando hasta Valencia», indica Sandra.

María Ángeles Alonso, por su parte, estaba trabajando en una tienda de juguetes del centro comercial de Sedaví. «Pasamos la noche refugiados en el concesionario de Audi y una compañera ha encontrado los coches aquí, en la ZAL». A su hija le pilló en casa, en una planta baja de Benetússer. «Estaba con mis abuelos. Nos llegó el agua al pecho y vinieron mis primos a ayudarme y, como mi abuelo no tiene mucha movilidad, lo tuvieron que subir al piso superior a caballito».

Logra arrancar la moto

Otro conductor, Ricardo Tárrega, acude a buscar su moto. «Ya he sacado otra que me cogió el agua. El mecánico le ha limpiado el motor y va. Me ha costado 900 euros. A ver si puedo salvar la otra».

Un caso más es el de Andrés Ruiz de Valdivia. «Estaba en el Horno de Alcedo, dentro del coche. Cuando ví el agua llegar me salí del coche. Vimos una nave abandonada, escalamos el coche y nos refugiamos varias personas». En ese trayecto «se me escapó una mujer de las manos y retrocedí para rescatarla y luego ella se fue con los Bomberos, ya no la he visto más».

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