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A nivel molecular, con dimensiones que sólo pueden medirse con micras, los investigadores de la Universidad Francisco de Vitoria lograron observar cómo una descarga eléctrica, que llegaba a través de un electrodo colocado en el terminal nervioso de una neurona, activaba un axón lesionado. El ... axón es una especie de tubo que recorre la célula para transportar la información. Si se rompe, la unidad básica del organismo deja de funcionar y es el origen de enfermedades. Cuando esas células dañadas son parte del sistema nervioso central se producen traumas de médula espinal, ictus, infarto cerebral o procesos degenerativos como párkinson, alzhéimer o esclerosis lateral.
En este estudio, realizado 'in vitro' con un modelo animal, los científicos observaron que una célula del sistema nervioso central de una rata respondía al impulso eléctrico que antes ignoraba. Había sido regenerado por las células madre.
«Cogimos la retina del animal, le extrajimos las neuronas del ojo y les cortamos el axón», describe Maite Iglesias, coautora del estudio y decana de la Facultad de Ciencias Experimentales de la Universidad Francisco de Vitoria. «En cultivo, pusimos en contacto a la neurona del axón cortado con las células madre. En su presencia la neurona empezó a alargarse y regenerar el axón».
No obstante, este tipo de resultados ya se había logrado en otros experimentos. Faltaba por evaluar su funcionalidad. «Lo más importante del estudio es que la neurona es capaz de responder a una señal eléctrica. Es lo que le da muchísima valía a los resultados», prosigue Iglesias, que trabajó en colaboración con las universidades de Alcalá y Autónoma de Madrid. «Era una tarea de manitas: poner el electrodo, pinchar el axón y que no se rompiera».
Al concretar el método del estudio, los investigadores eligieron que las células madre extraídas de la placenta humana tuvieran un desarrollo embrionario intermedio, entre el primer estadio, cuando son capaces de crear nuevos individuos (totipotenciales), y el final, cuando ya se han diferenciado del resto para ocupar su lugar en diferentes órganos y sistemas (específicas). «Frente a las iniciales totipotentes, que se puede pensar que son las mejores, existe una cuestión ética, porque puede dar lugar a un ser vivo», explica Iglesias. «De esta manera, solventamos el aspecto ético».
¿Por qué de placenta? «Se ha trabajado mucho con células madres obtenidas de médula ósea, pero tienen un proceso de extracción doloroso, no se expanden bien y no duran demasiado en una placa de cultivo», responde Iglesias. «Las de placenta provienen de un órgano que normalmente se tira y tienen un potencial un poquito mayor que las de médula ósea. Luego, pensando en una terapia que se aplique algún día, al venir de la placenta, que es la barrera entre madre y feto, las características inmunes son muy buenas. Si quieres usarlas en una terapia celular o en tratamiento, la respuesta inmune del individuo que la recibe va a ser menor que en otro tipo de células», lo que evita el rechazo.
En el artículo 'Las células madre mesenquimales derivadas de la placenta humana estimulan la regeneración neuronal al promover el crecimiento de los axones y restaurar la actividad neuronal', publicado en la revista 'Frontiers', los autores explican que su modelo destaca por «la facilidad de aislamiento, las técnicas no invasivas para la producción celular a gran escala, una importante capacidad inmuno moduladora y una alta capacidad de migrar a las lesiones». Al abordar nuevas técnicas para «superar la baja capacidad regenerativa de las neuronas del sistema nervioso central» descubrieron que las células madre elegidas producían un «factor de crecimiento nervioso» implicado en el «proceso de regeneración neuronal y restauración de la actividad fisiológica de las neuronas».
En las células neuronales dañadas de la retina la técnica funciona. «Con nuestro modelo hemos obtenido valores de regeneración neuronal del 10%-14%», indican. Para llegar al objetivo de una «terapia celular personalizada» todavía hay que pasar al ensayo 'in vivo' y evaluar qué potencial de regeneración tiene, «para ver si lo que pasa en la placa pasa en el animal». El sueño de Iglesias es llevar esta investigación a un punto de aplicación en que la regeneración neuronal se pueda hacer con el uso de estas células dispensadas, por ejemplo, en gotas.
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