La caza del lobo será historia el próximo 25 de septiembre

El Ministerio de Transición Ecológica ya ultima la orden de la ministra Teresa Ribera por la que será incluido en el Lespre este cánido, que para los ganaderos y pastores con los que coexiste no es más que una alimaña y que para los naturalistas es un animal autóctono en riesgo de extinción. El borrador del documento salió hoy a exposición pública, para que todos los interesados puedan hacer alegaciones durante 20 días, y en pocas semanas entrará en vigor con su publicación en el BOE.

No obstante, el ministerio, consciente de los problemas que supone en las comunidades loberas el cumplimiento inmediato de esta medida, y de que precisan tiempo para adaptar la gestión del lobo y de la coexistencia con el hombre y el ganado a la nueva situación, establecerá un período transitorio -que terminará como muy tarde el 25 de septiembre- durante el que los efectos legales de la entrada en el Lestre quedarán en suspenso y las autonomías podrán seguir funcionando como hasta ahora.

En concreto, la transición terminará en el momento en el que la nueva Estrategia Estatal del Lobo, que desde hace semanas diseñan técnicos ministeriales con aportaciones autonómicas y de las organizaciones de ganaderos, esté terminada y aprobada en conferencia sectorial. Ese día, sea el 24 de septiembre o antes, el lobo ya no se podrá cazar más y las autonomías norteñas deberán tener sus nuevas herramientas de gestión dispuestas para aplicarlas.

El ministerio asume por su parte otros dos compromisos para que el nuevo marco legal se pueda aplicar con la menores dificultades, según el secretario de Estado de Medio Ambiente. El primero es la puesta en marcha de los trabajos para un censo actualizado del lobo en España, con datos de 2021 y 2022 sobre los ejemplares existentes, el número de manadas y su ubicación. El último recuento válido es de 2014, cuando se concluyó que había entre 2.000 y 2.500 lobos en España, con la 60% o más de las 297 manadas concentradas en tierras de León, Palencia y Zamora, seguidas por Galicia, con el 28% de los depredadores.

Hugo Morán indicó que el segundo compromiso es establecer un plan de financiación estatal para facilitar la coexistencia con el lobo. Señaló que incluirá al menos subvenciones «suplementarias y adicionales» a la ganadería extensiva (tradicional en libertad) en las zonas loberas, ayudas para que se pertrechen de medidas preventivas y de protección del ganado -mastines, vallados modernos, rediles de recogida nocturna, etc-, y un sistema de pago de daños por ataques de lobos al ganado con fondos públicos y con «criterios objetivos, comunes y justos de compensación» para todo el territorio español.

El sindicato agrario Asaja, que como el resto de organizaciones ganaderas rechaza la entrada del cánido en el Lespre, calculó que en 2019, en la mitad norte de España, se produjeron más de 10.000 ataques de lobos a ovejas, vacas, cabras o caballos, con unas pérdidas valoradas en unos 5,5 millones de euros, de las que el 80% se registraron en explotaciones de Castilla y León.