Juan Alberto Martínez
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Juan Alberto Martínez
Javier F. Barrera
Lunes, 22 de julio 2024, 00:47
Los verdes de la Vega de fondo. Queda nieve en Sierra Nevada. El hotel Alhambra Palace ofrece una terraza única sobre Granada. No hace demasiado calor y sopla una suave brisa fresca de verano. Hablamos de los precios de los hoteles en San Sebastián, Barcelona, ... Madrid y Granada. De los precios en general, que se han disparado. El músico y abogado Juan Alberto Martínez, voz y guitarra de Niños Mutantes -banda indie (de independiente) de Granada que se despide tras tres décadas sobre el escenario-, se calza sus 'ray ban' (graduadas) y acomoda el estuche con su guitarra. «Dispara», me dice.
–'Todo va a cambiar' es uno de los exitazos de Niños Mutantes y la primera pregunta de esta entrevista
–Después de treinta años embarcado en un proyecto vital no es que todo cambie, es que empieza una nueva vida. No sé si para lo bueno o para lo malo (se ríe). Es un abismo. Hay cambios en la vida que son leves, pero esto es desde luego un cataclismo, creo yo. Desde los veinte años haciendo de niño mutante es el centro de mi existencia. Le he dedicado mis energías e ilusiones. A partir de noviembre no existirán y me plantean ese abismo que hay que afrontar.
–Y de repente, el último verano sobre los escenarios como Niños Mutantes… Hablas de abismo, pero a mí me suena a vértigo…
–Sí. Llámalo abismo, llámalo vértigo. Puede ser el cambio vital más importante que se me ha planteado nunca, porque además no es solamente la parte musical y del proyecto artístico que son Niños Mutantes. Es algo que ha hecho que un grupo de amigos nos mantengamos unidos con un nivel de contacto que normalmente la gente no puede llegar a tener con los amigos. Alguien decía hace poco que hemos compartido más de once mil días en estos años. Cuando no tienes un concierto tienes un ensayo, cinco conversaciones por correo electrónico y treinta llamadas (tengo que explicar que Juan Alberto no gasta Whatsapp).
–'Errante' es otro de los hits que se corea en los conciertos. ¿Eres más errante o mutante?
–Bueno, lo uno va unido a lo otro y en cierto modo son sinónimos. Errante, hay una parte que no, porque en mis 50 años he vivido siempre en Granada. En ese sentido la raíz física la tengo bien establecida, aunque realmente lo que más me ha gustado toda la vida después de la música es viajar. No tengo casa, solo guitarras y fotos de viajes. Y mutante, es obvio que vivo en un continuo Jekyll y Hyde, son mutaciones semanales.
–¿Qué tiene el agua de Graná, como se dice por aquí a la ciudad de la Alhambra, para que salgan grupazos como los Lori Meyers, Los Planetas o Los Niños Mutantes?
–Y no solo indies. Ahora estamos con la música urbana llenando estadios y plazas de toros sin despeinarse, como Ajax y Prok, Dellafuente. Está claro que el agua de Graná alimenta el espíritu. Algo en la ciudad inclina a la creación.
–El indie era música de vanguardia. Ahora sale en las contraportadas de los diarios de media España…
–Bueno, el indie comenzó siendo lo que el propio nombre indica, música independiente en los márgenes de la industria, pero como todos los géneros, ha acabado siendo fagocitado por el mercado que lo ha exprimido y ya toca el fin del ciclo.
–Tres décadas on the road dan para toda una vida. ¿Qué quedará tras el adiós?
–Queda satisfacción de ver que hemos conseguido lo que queríamos, que era llegar al corazón de la gente. Los mensajes que nos llegan de cariño están siendo abrumadores y en cierto modo la despedida está siendo un regalo.
–¿Y de qué ha servido todo esta vida mutante?
–Hemos vivido experiencias que no hubiéramos imaginado nunca cuando en 1994 nos metimos en el primer local de ensayo. Le debemos haber conocido gente, lugares, disfrutar de la amistad como poca gente llega a hacerlo, reír y llorar hasta la madrugada...
–Cortarse la coleta, colgar los hábitos… cómo se dice cuando dejas la banda de tu vida
–¿Mutilarse? No lo sé Debe ser como cuando te quitan un riñón que con el otro parece que puedes seguir viviendo, pero te has dejado una parte básica de tu ser.
–¿Y qué se siente cuando se toca en ciudades como Madrid y sabes que es tu último concierto en la capital?
–Afortunadamente estamos haciendo conciertos previos a los últimos que nos sirven para ir preparando el cuerpo. Pero las emociones van a ser muy muy intensas.
–Han programado tres conciertos de despedida en Granada, y todas las entradas vendidas…
-Supone emoción… Lo diré de otra forma. Teníamos miedo de que al final la despedida pasara de una forma silenciosa. Obviamente queríamos hacer ruido. Y nos está llegando el eco de este ruido. Una forma de verlo va a ser el lleno en estos conciertos, pero otra son los mensajes personales que nos envían los fans. Algo bueno tienen las redes sociales y es la posibilidad de que la gente te diga de tú a tú lo que significa tu música. Se repite mucho la frase de que «habéis sido la banda sonora de mi vida». Es muy fuerte.
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