De cantante a ministro

Esta política del nuevo siglo ha llegado también a África con el senegalés Youssou N'Dour (recuérdese '7 seconds' junto a Neneh Cherry) y a Australia con el combativo rockero Peter Garrett, cantante de Midnight Oil, ministro de Medio Ambiente primero y de Educación después. En Europa, sin embargo, solo ha habido escritores, como André Malraux, impulsor de la diversidad cultural en Francia, o Jorge Semprún y Máximo Huerta (¡una semana en 2018!) en España, así como una actriz, Melina Mercouri, que ya hace 40 años reclamó en Londres al Museo Británico que devolviera los mármoles expoliados al Partenón. Se suma en Colombia el escritor Juan David Correa, desde agosto ministro de Cultura.

La novedad llegó con el siglo XXI: en 2003 Lula da Silva nombra a Gilberto Gil, padre del tropicalismo junto a Caetano Veloso, ministro de Cultura y logra retenerlo cinco años, antes de que el músico vuelva a lo suyo por recomendación médica. Entre sus logros, el reconocimiento de la samba y la capoeira como Patrimonio de la Humanidad, los puntos culturales en favelas y comunidades indígenas y un polémico convenio con Creative Commons, la licencia que libera los derechos de autor. En enero de 2023, otra voz procedente del activismo social, Margareth Menezes, la del éxito mundial de 'Elegibo', accede al mismo ministerio.

En 2004, Rubén Blades, el creador de la salsa social ('Pedro Navaja', 'Buscando América', 'Pablo Pueblo' o 'El padre Antonio y el monaguillo Andrés'), se convierte en ministro de Turismo de Panamá, donde no existía la cartera de Cultura hasta 2019. En sus cinco años de mandato da un giro al sector: desarrollo sostenible, reinserción laboral de pandilleros, becas de formación, planes multianuales y una fuerte inversión hacen de Panamá en 2007 el segundo país del mundo en porcentaje de ocupación hotelera.

Por su parte, la cantante afroperuana Susana Baca se convierte en ministra de Cultura en julio de 2011, un cargo que tiene que dejar seis meses después porque según la ley al renunciar el primer ministro todo el gabinete debe irse con él. Eso le impidió incorporar a la Ley del Artista, su principal batalla, el seguro social en salud. «Hace dos años volví con otro ministro, ahora como asesora cultural, para tratar de implementarlo», explica. «Hay mucha censura e intereses, sobre todo desde los medios de comunicación privados para impedir esta conquista».

Susana Baca, nominada en los recientes Grammys latinos, actuó en la Aste Nagusia de Bilbao en 2004 y grabó la nana 'Lua lua' en euskera para el álbum 'Kalea' de Kepa Junkera en 2009. Asegura que siempre piensa «en regresar a Bilbao. Me gustan los vascos, recios, con una gran personalidad. Kepa Junkera es una fortaleza, nos queremos mucho», dice.

La excepción africana es Youssou N'Dour, ministro de Turismo y Cultura de Senegal entre 2012 y 2013 y ministro sin cartera después; el artista de Dakar se centra ahora en su música y sus numerosos negocios (cadenas de radio y televisión, estudios de grabación, discotecas…) al no progresar su carrera política. En 2014 la cantante folk Teresa Parodi fue la primera ministra de Cultura de Argentina, de la mano de Cristina Fernández de Kirchner. Ha sido, desde su inicio, directora del Espacio Cultural 'Nuestros hijos', promovido por las Madres de Plaza de Mayo en la Escuela de Mecánica de la Armada, el infame centro clandestino de detención, tortura y exterminio de la dictadura. Parodi apostó por llevar la cultura a los confines del país y poner en valor su gran diversidad cultural y folklórica.

En Australia destaca la figura de Peter Garrett, en política desde 1984, militante laborista, miembro de Greenpeace y cantante y líder del combativo grupo de rock Midnight Oil, en activo desde 1971. Se expresa en canciones como 'Blue sky mine', sobre los trabajadores afectados por el amianto, o 'Beds are burning', sobre el desalojo forzoso de los aborígenes en favor de la minería y los pastos, interpretada ante millones de espectadores en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Sídney en el año 2000; los músicos lucían camisetas con la palabra 'Sorry', donde pedían disculpas por la vieja práctica de separar a los niños aborígenes de sus familias; el Gobierno se había negado en redondo a pedir perdón. Tras ser ministro de Medio Ambiente (2007-2010) y de Educación (2010-2013), Garrett anunció en 2016 que dejaba la política para centrarse en Midnight Oil. Y es que el escenario tira más que el despacho.