Las niñas quieren cambiar de sexo

Los autores aseguran que la realidad catalana reflejada en este servicio «es extrapolable» a los departamentos similares «en otras consejerías de Sanidad», que están aportando cifras para un próximo estudio a nivel estatal. Además, «confirma las tendencias de todos los países donde se ha accedido a datos», explica a este periódico una fuente relacionada con el estudio, «y confirma un aumento exponencial» de usuarios menores.

La investigación constata -con una muestra de casi 4.000 personas- que los ciudadanos que acudieron a este servicio se ha multiplicado por siete desde 2012 y que las operaciones quirúrgicas realizadas a los atendidos fue un 250% mayor en 2021 comparado con 2018. Además, «como mínimo un 78,6% de las personas atendidas, incluyendo las de edad adolescente, estarían recibiendo tratamiento hormonal». Sobre este tipo de terapia, a partir de los datos de otro estudio los autores concluyen que «no se denegó tratamiento hormonal a ninguna de las personas que lo solicitaron, y que un 87% de las primeras visitas obtenía tratamiento hormonal».

La media de edad de aquellos que recurren a asesoría para empezar tratamientos hormonales ha caído doce años. Hace una década la media de edad era de 34 años, mientras que en 2020 ha sido de 22, refiere el documento. «La franja de edad que más concentra es la de 15 a 24 años, que aglomera más de la mitad de los casos (53,1 %). Los menores de 15 años han supuesto un 10,6 %, mientras que una quinta parte (22,2%) era mayor de 30 años».

De los datos disponibles se infiere que entre las personas más jóvenes (hasta los 9 años) son los niños (junto a sus padres) los que más acuden (un 60%). En una edad intermedia (entre 10 y 18 años) la mayoría son niñas (64%) y con mayoría de edad predominan los hombres. «Entre las personas atendidas hay un patrón de edad claro, persistente y diferenciado por sexo. La mayoría de los casos de menores de edad son niñas (64,2%) mientras que, entre los mayores de edad, los hombres suponen el 53,2% y llegan al 71,3% entre los mayores de 30 años», sostiene el estudio. Estos últimos copaban el servicio hace diez años, lo que muestra un cambio de tendencia. «El perfil de niñas y jóvenes entre 10 y 25 años que rechazan su cuerpo se dispara», afirman los responsables del estudio al presentarlo.

El interés de las niñas y adolescentes en ser chicos había sido ya reseñado por otras asociaciones feministas, pero se basaba en percepciones de las madres, sin datos oficiales que la respaldaran y que ahora sí están disponibles por primera vez. Los resultados divulgados por el «equipo multidisciplinar» de Feministes de Catalunya fueron facilitados por el Departament de Salut de la Generalitat. «Llevábamos reclamándolo ocho meses hasta que solicitamos comparecer en el Parlament», sostiene la fuente relacionada con la organización que publica el estudio.

En el informe 'De hombres adultos a niñas adolescentes' se aborda asimismo la tendencia en las operaciones quirúrgicas para la «reasignación» de sexo. En el periodo analizado, el 59,3% de las cirugías fueron vaginoplastias (extirpación de los músculos del pene e inversión de la piel por dentro de la cavidad pélvica), el 32,2% fueron mastectomías (ablación de las mamas en pacientes de sexo femenino) y un 8,5% fueron glotoplastias (intervención de las cuerdas y músculos vocales para una voz más aguda). El conjunto de estas cirugías también va en aumento. «El número de vaginoplastias se ha triplicado del 2017 al 2021», mantiene el reporte. «Del total de operaciones quirúrgicas, un 67,8% se han practicado en hombres y un 32,2% en mujeres».

Feministes de Catalunya denuncia que en los últimos años el Departament de Salut ha dejado de hacer constar en su cuestionario el sexo del usuario, un dato «objetivo». Tampoco hay constancia de seguimiento de los casos para determinar si hay 'detransiciones'.

Además, alerta que se debe tener más información sobre los pacientes con disforia de género, como por ejemplo si tienen algún tipo de trastorno mental que influya en su interés de cambio físico. Muestran su «preocupación ante los indicios de crecimiento de los casos de disforia de género, y se inclinan por frenar «el uso de hormonas y tratamientos irreversibles en los menores».