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Fue la última iniciativa estrella que Jean-Claude Juncker puso sobre la mesa antes de dejar la Presidencia de la Comisión Europea: abolir definitivamente el cambio de hora estacional en la UE a partir de 2019. La decisión se tomó tras una consulta ... pública en la que más del 80% de los 4,6 millones de ciudadanos que participaron se mostraron a favor de acabar con los cambios de hora. La idea era cada Estado miembro tuviera plena libertad para optar de manera permanente por la hora de verano o la de invierno. Sin embargo, la Eurocámara ha retrasado a 2021 la entrada en vigor de esta iniciativa, así que esta madrugada, usted deberá cambiar una vez más la hora en todos aquellos aparatos que no tengan conexión a internet.
A las tres serán las dos y es una buena noticia por dos motivos. El primero es que disfrutará de una hora más de fin de semana. El segundo es que, según apunta José Luis Casero, presidente de Arhoe-Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles, este cambio al horario de invierno es el que más sentido tiene «porque es el más beneficioso para las personas». Y va más allá: «Si mantuviéramos el horario de verano, el 20 de diciembre a las diez de la mañana aún sería de noche. Este horario, el GTM+1, te permite que el lunes, cuando vayas a despertar a tus hijas para ir al colegio o vayas a trabajar haya luz». Hace hincapié en ello porque pese a que España aún no ha decidido por qué huso horario optar, en la encuesta que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) realizó en noviembre de 2018, el 65% de los encuestados se manifestó curiosamente a favor de permanecer en el horario de verano.
Casero es consciente de que hay otros turnos de trabajo, de tarde y de noche, pero insiste en que hay que adaptar el horario a la gran mayoría. Lejos queda la manida justificación del ahorro energético que suponían estos cambios de horario. «La UE y el Gobierno reconocieron que el ahorro era marginal y los estudios están mal hechos porque son antiguos y no tienen en cuenta aspectos como el verano y el uso de aires acondicionados, que se ha multiplicado en las últimas décadas», razona.
Otras quejas, como el hecho de que muchas personas se encuentren con que la noche ha llegado para cuando salen del trabajo, pueden tener más sentido. «Pero es que ese es otro problema. Salimos de trabajar a las 19:00 horas cuando deberíamos hacerlo a las 17:00, y aún disfrutaríamos de las pocas horas de luz que quedan», detalla quien asegura que se «demoniza la oscuridad» cuando durante la misma «hacemos un proceso fisiológico vital que es dormir». A este respecto añade que los españoles dormimos una hora menos que el resto de la UE «y eso no nos convierte en gente especialmente cachonda y divertida, sino en gente cansada, que al día siguiente tiene déficit de sueño, al igual que los escolares».
Más importantes parecen los efectos positivos sobre la salud que tiene este horario mal llamado de invierno. «Aunque lleva unas ciertas connotaciones negativas con respecto al horario de verano, que asociamos al descanso vacacional y al ocio, la verdad es que este horario en el que vamos a entrar ahora es mucho más cercano al horario solar y por lo tanto bastante más equilibrado desde el punto de vista de la salud del sistema circadiano», afirma María Ángeles Rol, profesora titular de Fisiología de la Universidad de Murcia y codirectora de Cronolab, un laboratorio de cronobiología de la misma universidad.
Dice Rol que el reloj biológico, que es el que marca el orden temporal de todo el organismo y que se localiza en unas neuronas del cerebro, es un reloj que normalmente «tiende a retrasar, a vivir días de un poquito más de 24 horas, y necesita precisamente de esa alternancia del ciclo luz-oscuridad para ajustarse exactamente a las 24 horas». En opinión de la experta, «debemos exponernos a luz brillante durante el día y a oscuridad durante la noche porque eso nos facilitará dormir bien». Y pone un ejemplo: «Cualquiera que haya pasado el día en la playa sabe que esa noche duerme magníficamente bien, a pesar de que ese día no hayamos hecho ningún ejercicio intenso. Eso se debe a que la exposición a la luz brillante, que no necesariamente es tomar el sol, hace que por la noche secretemos una hormona que es la melatonina, fundamental para el descanso».
Más que de los beneficios para la salud, Rol prefiere hablar de los perjuicios que genera que el organismo no vaya acompasado a las horas de luz natural. «Se denomina cronodisfunción -señala- y está vinculada a muchas alteraciones de la salud, una de las más frecuentes es tener mayor riesgo de síndrome metabólico, pero hay otras muchas». Cabe preguntarse si en un contexto tan extraño como el de la pandemia de coronavirus, que nos va a obligar a permanecer más tiempo en casa, resulta tan importante. «Va a depender mucho de los hábitos de la gente. Si nos pasamos el tiempo en casa y no tenemos acceso a luz natural, pues lógicamente dependerá de cuándo decidamos encender y apagar las luces, pero lo cierto es que si tenemos acceso a luz natural, vamos a estar mucho más cercanos de la hora solar y vamos a poder sacar provecho».
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