El azafrán español agoniza

«Hay un evidente riesgo de extinción de la especia y es necesario contar con un plan específico dotado con el soporte económico necesario que frene el declive de la producción y que ayude a recuperarlo en el plazo más breve posible», indica Carlos Enrique Fernández, presidente de este consejo regulador, que también se ha dirigido al ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, natural de Villafranca de los Caballeros (Toledo), uno de los principales municipios productores de azafrán.

La superficie dedicada al cultivo de este bulbo no para de disminuir y esto se debe a varias causas: importaciones masivas de azafranes de otros países y de peor calidad que el español, la elevada exigencia de mano de obra acompañada de la mínima mecanización del cultivo y del proceso de transformación (monda y tostado), la pequeña dimensión de las parcelas y la limitada integración de los productores en los sistemas de comercialización nacional e internacional. A esto hay que añadir el «aborto floral» y la ausencia de un mercado de bulbos certificados con las suficientes garantías de control y sanitarias.

Respecto al aborto floral, «está provocado por el incremento de las temperaturas medias del otoño, momento de la floración de esta planta, y que ha conducido a una caída de la producción y de la rentabilidad del producto», explica Carlos Enrique Fernández, para quien «nos encontramos en una situación límite».

Actualmente, un kilo de azafrán español puede costar unos 8.000 euros, precio que puede parecer caro aunque es importante saber que se necesitan entre 100.000 y 250.000 flores para obtener un kilo de azafrán y todo el proceso de recolección y monda se hace a mano. Además, el azafrán español se distingue por la alta concentración de sus componentes (safranal, picrocina y crocina), con lo que hay que utilizar mucha menos cantidad para conseguir un mayor efecto; de ahí su consideración gastronómica pues potencia los sabores del arroz, guisos de carne, pescados, mariscos o sopas, además de utilizarse para la elaboración de postres, helados, dulces y licores.