El aviso de la OCU tras analizar 25 jamones cocidos extra de las marcas más consumidas

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha analizado 25 marcas de los más consumidas en el mercado de jamón cocido extra y la principal conclusión a la que ha llegado es que «no es carne todo lo que reluce». En concreto, 24 de los 25 productos estudiados tienen un alto contenido en sal al superar los 1,25 gramos por 100 gramos de jamón, cantidad a partir de la cual la agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) considera que es un contenido alto, como apunta la OCU.

Un alto contenido en sal que no tiene su equivalente en cuanto al porcentaje de carne que lleva este producto procesado. De hecho, a pesar de que en los extra, considerados los de más calidad, es mayor en relación a otros de menor calidad, la cantidad oscila entre el 82% y el 98%.

Tampoco se ha librado el jamón cocido de la subida general que han experimentado los precios en la mayoría de supermercados del país. Según la OCU, en el caso de este producto el incremento ha sido «extraordinario», del 13%, en los últimos tres meses; especialmente en marcas propias, donde los incrementos superan el 22%. En contraposición, las marcas blancas apenas han subido el 2,5%.

Los jamones cocidos se elaboran con piezas de carne de la pata trasera del cerdo, que son sometidas a una cocción y adición de salmuera. Hay distintas categorías de jamón cocido, la de mayor calidad es la de categoría extra, donde el contenido de carne es mayor y no se permite la adición de almidón.

El análisis llevado a cabo por la OCU en un laboratorio acreditado determina que «bastantes productos tienen un bajo contenido en carne» y lo que no es carne son añadidos. En algunos hay demasiado colágeno lo que pone de manifiesto que no solo se usa carne de cerdo en su elaboración sino también otras partes de este animal como los cartílagos. También suelen llevar agua añadida a través de la salmuera, siendo la categoría extra la que menos permite.

La OCU señala que algunos jamones cocidos de baja calidad incluyen en su lista de ingredientes hidratos de carbono, como los almidones, cuya función es sustituir a la carne y retener agua, así como azúcares.

En cuanto a los aditivos, apunta a que al jamón se le añaden fosfatos, cuya función principal es aumentar la retención de agua del producto, y también pueden usarse en su elaboración conservantes, antioxidantes, agentes de textura o potenciadores de sabor.

Por todo ello, la OCU recomienda un consumo ocasional de jamón cocido priorizando alternativas más saludables para desayunos y meriendas, como los lácteos y la fruta. Y advierte de que, igual que sucede con los vegetales de hoja verde, «debe evitarse dar jamón cocido a los niños menores de un año por las presencia de nitritos, una aditivo que declaran todos los productos analizados».

Una recomendación que fundamenta, al mismo tiempo, en las realizadas por la Organización Mundial de la Salud sobre el consumo de carne procesada. Este organismo internacional se basa en un informe publicado por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) que relaciona su ingesta con el cáncer colorrectal. Si bien la OMS dice que las conclusiones de este estudio no llevan a pedir a la población a que deje de comer carnes procesadas, sí indican que la reducción del consumo de estos productos puede disminuir el riesgo de cáncer colorrectal.

Tras el análisis de 25 jamones cocidos extra envasados, la OCU destaca dos por su buena relación calidad/precio. Se trata de Finas lonchas de Nuestra Alacena, de Dia, en pack de dos (7,22 euros/kg) y Finas lochas de La Tabla, de Aldi, también en pack de dos (6,20 euros/kg). Ambos productos contienen un 85% de carne y comparten una buena valoración en degustación e higiene.

También distingue a la Delizias al corte de Noel, por un contenido en sal más reducido, 1,05 gramos por 100 gramos de jamón frente a los más 1,25 gramos de media de los demás. Aunque también es uno de los jamones cocidos extra más caros (18,82 euros/kg).

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