Dorothy Elizabeth Levitt, con uno de los bólidos que conducía en las carreras. R. C.

Ellas y aquellos locos cacharros

Inventos ·

Los intermitentes, la calefacción o las pastillas de freno de los coches son dispositivos que nacieron hace un siglo gracias al ingenio femenino

Viernes, 15 de septiembre 2023, 00:45

Las mujeres son y han sido fundamentales en el mundo de la automoción. A ellas se les deben inventos que han incrementado la seguridad vial y la comodidad de los vehículos, unos componentes que en su momento los hombres ni pensaron en ellos y que ... hoy en día son imprescindibles en todos los vehículos. A ellas, Casa Seat dedica la exposición 'Pioneras', un homenaje con fotografías, vídeos, publicaciones y componentes creados por mujeres, en una muestra que está abierta hasta el 14 de octubre en Barcelona.

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Uno de los principales componentes de seguridad en un vehículo son los frenos y a Berta Benz se le debe el haber inventado las pastillas. Corría el año 1888 cuando durante un viaje por Alemania junto a su marido y sus hijos, Berta observó que cada dos por tres tenían que arreglar las zapatas de madera que utilizaba el coche para frenar las ruedas. Eran un calzo idéntico al que emplean los carros. Berta Benz pensó que mejoraba su efectividad y duración clavando en la madera trozos de suela de zapatos o de cuero a modo de ferodo.

Y es que aquellos vehículos tenían las mismas comodidades que un carruaje. En caso de frío tocaba abrigarse o echar una manta sobre las piernas. Pero en 1893, Margaret A. Wilcox ideó un circuito de tubos que calentaban el aire junto al motor y conducían hasta unos aireadores colocados a los pies de los pasajeros. El problema estaba en que hasta que el motor no se calentaba no había calefacción. La regulación de la temperatura llegó décadas más tarde.

En 1903, Mary Anderson viajaba a Nueva York. Llovía y el barro salpicaba los cristales. Los conductores tenían que parar o sacar medio cuerpo por la ventanilla para limpiar el parabrisas.    De esta manera ideó un mecanismo eléctrico que accionaba una escobilla. El invento fue conocido por Henry Ford que lo probó en el mítico modelo T. En 1916, el limparabrisas ya era un elemento esencial en todos los coches.

Del 'stop' al espejo

Otra innovadora fue la actriz canadiense Florence Lawrence. Entusiasta de la automoción, tenía varios coches que conducía, se le ocurrió crear unos indicadores de dirección, los abuelos de los actuales los intermitentes. Los primeros que puso en marcha eran unas palas montadas en el parachoques trasero que activaba el conductor cuando iba a girar. Lawrence también ingenió lo que luego sería la luz de freno. Al pisar el pedal, del parachoques salía otra pala con la señal de 'stop'.

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A principios del siglo XX la mujer mantenía una enconada lucha por sus derechos y Dorothy Elizabeth Levitt lo hacía, además, con un volante en las manos. Destacó como piloto de carreras –en las que ella era su propia mecánica–, y también dejó para la historia inventos tan descables como el espejo retrovisor. Durante las carreras quería saber como iban los coches que la seguía, por lo que instaló en su bólido un espejito de los que utilizaba para pintarse. Actualmente es impensable un coche sin retrovisores.

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