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Valencia vive una tragedia pero también un milagro. Contamos, en realidad, una heroicidad. Contamos el rescate agónico de dos personas, un hombre y una mujer, que quedaron atrapadas en el séptimo piso del edificio incendiado. Los vecinos de la calle Poeta Rafael Alberti celebraron con ... aplausos su rescate, poco antes de las 20 horas, cuando los bomberos consiguieron sacarlos con un vehículo de altura tras una tarde complicadísima.
Antes de eso, se vivieron instantes agónicos. Tanto que se dio por hecho el desenlace luctuoso del suceso. Las dos personas salieron al balcón muy pronto, a eso de las 18 horas, poco después de que se declarara el incendio. Tras empezar en la torre aledaña, el viento y los materiales con que estaba construida la fachada del edificio lo propagó rápidamente, pese a que a su llegada los bomberos han tenido que salir literalmente huyendo del incendio al acceder al inmueble poco después de que las llamas rompieran la fachada.
Cuando estas dos personas han salido al balcón, ya ardía el piso de arriba, pero el suyo permanecía intacto. Casi desde el primer momento los bomberos se centraron en este enclave, el séptimo piso del bloque más pequeño, de unas diez alturas. El motivo era doble. El primero, que había vidas que salvar, claro. El segundo, que el resto del edificio lo daban casi por perdido. Rápidamente, efectivos de bomberos han hecho uso de una escalera para refrescar las viviendas de alrededor y evitar la propagación del incendio.
Mientras, las dos personas afectadas se han ataviado con bufandas y gorros de lana para protegerse de las llamas y del intenso calor. El terror les ha llevado incluso a intentar saltar a la vivienda de al lado por encima de la pared que separa ambas terrazas, pero han sido disuadidos por los bomberos, dado que esa maniobra entrañaba riesgos. Además, más tarde el fuego ha caído a la planta inferior. Su vivienda se ha salvado, gracias a una combinación entre el trabajo de los bomberos y lo que parece también una dosis de suerte.
El bombero situado en punta de lanza, sobre la escalera, se ha encargado de refrescar todas las viviendas de alrededor. Pese al viento, que dificultaba la llegada del agua a la fachada, se ha conseguido evitar la propagación de las llamas, lo que ha dado horas de vida a estas dos personas. Sin embargo, con el paso del tiempo el fuego ha llegado a su balcón. Han sido momentos, a esto de las 19 horas, mientras oscurecía, en que se hacía de noche también en el corazón de todos los que observaban desde la calle: parecía que iba a vivirse una tragedia. Se han vivido momentos de mucha tensión, con las dos víctimas llamando a gritos a los bomberos pidiendo su rescate cuanto antes mientras los nervios y la proximidad del fuego amenazaban con aterrorizar tanto a las dos personas que rescatarlas hubiera supuesto todavía más riesgo.
Los bomberos también han entregado una botella de agua a las dos personas, que han tenido que pasar horas junto a las altísimas temperaturas. Mientras tanto, los bomberos también se dedicaban a espolvorear agua en la zona afectada, tal como marcan sus protocolos. Lo que buscan los especialistas en estos casos es salvaguardar a las personas afectadas de los gases, el humo y las altas temperaturas.
Porque es evidente que algo ha pasado con el rescate. Se ha retrasado. Mientras las llamas rompían fachada y techo, elevándose hacia la noche entre el humo negro, los bomberos luchaban contra la propagación de las llamas, mientras desde la calle parecía que las dos personas atrapadas mantenían la calma. A pocos metros de ellos, los bomberos intentaban calmarles, pese a que todo lo que había alrededor era dantesco: llamas, humo, gritos, explosiones...
Tras lo que ha parecido mucho tiempo, casi un par de horas, otro vehículo ha podido acceder a Poeta Rafael Alberti. La estrechez de la calle parece haber influido, aunque se desconocen las circunstancias de este retraso. Entonces, otra escalera ha subido hasta el séptimo piso y ha rescatado a las dos personas mientras la que refrescaba la zona continuaba lanzando agua. Las dos víctimas han sido rápidamente atendidas por los servicios de emergencias. Al cierre de esta edición se desconocía su estado, aunque salieron por su propio pie y con vida, que es más de lo que se temía a lo largo de la tarde. Los vecinos han celebrado el rescate con una salva de aplausos. «Los han sacado, los han sacado», celebraban los residentes que miraban desde los edificios colindantes las labores de rescate. Los bomberos, una vez más, fueron los héroes de la jornada.
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