Secciones
Servicios
Destacamos
No es fácil etiquetar a Emory Andrew Tate. Podríamos creer que es un miembro más de esa comunidad ultraderechista que asalta Parlamentos y destripa oficinas de la Administración; o, tal vez, un estratega consciente de la rentabilidad de las boutades virales. Posiblemente, no sea más que un delincuente. El hombre que arremetió contra Greta Thunberg, el icono de la lucha medioambiental, permanece en una prisión rumana acusado de un delito de tráfico de personas.
El ascenso y caída de este sujeto de 36 años –hijo de un maestro internacional de ajedrez, nacido en Washington pero crecido en la ostentación en Inglaterra– ha sido estruendoso. En realidad, tan impactante como cabría esperar de tan exuberante personalidad. Su trayectoria, en principio, lo conducía por el circuito rápido de las 'celebrities'. Antiguo campeón de kickboxing, su reciclado en el favor mediático se forjó, como ya es habitual, en el 'Gran Hermano VIP' inglés, 'reality' donde se ponen al día toda clase de personajes procedentes del mundo del espectáculo y aledaños.
Su estancia en la famosa casa vigilada se truncó inesperadamente. La divulgación de un vídeo en el que, al parecer, golpeaba a una mujer con su cinturón dio lugar a su expulsión. Pero eso sólo fue un contratiempo para Cobra Tate, Top G, Trigger Don o Top Striker, entre otros alias. La fama cuesta, hay que pagarla y él estaba dispuesto a triunfar. Tate era consciente de que nada mejor que ser lo más políticamente incorrecto para no pasar desapercibido en el ciberespacio y se explayó con todo tipo de comentarios más que inapropiados en los que mezcló su filosofía personal con postulados negacionistas y contrarios a las vacunas contra el Covid. El resultado, claro, fue una proyección desbordada y la cosecha de 4,6 millones de seguidores en Instagram.
El discurso misógino caracterizó sus primeros tuits. El antiguo luchador reclamaba que las víctimas de las violaciones asumieran su responsabilidad, que golpearía a una novia infiel o que el mejor sitio para las mujeres era el hogar, criando hijos y abriendo la boca sólo para tomar café. Este perfil de macho recalcitrante sedujo a los partidarios de una masculinidad añeja. Por supuesto, Andrew supo rentabilizar el halo de chico malo y exitoso poniendo en marcha la Hustler's Academy, una escuela 'online' para aprender a hacerse tan rico como él aprovechando los recursos virtuales.
Ahora bien, la acumulación de improperios resultó excesiva incluso para las redes y fue expulsado de las principales plataformas en agosto del pasado año, aunque él aseguró que si Matrix le cerraba un dominio, contaba con docenas para reemplazarlo. No hizo falta. Tres meses después, Elon Musk rehabilitó su cuenta en Twitter, donde ya contaba con 4,3 millones de fieles.
Consciente de que el show debe seguir y siempre hacia arriba, sin perder el ritmo y la audiencia, arremetió contra la joven Greta Thunberg con una provocación de gran cilindrada. El antiguo campeón hizo gala de la posesión de treinta y tres vehículos de alta gama, generadores de grandes emisiones de CO2.
El streamer le pidió un correo electrónico a la activista para pormenorizar las características antiecológicas de su flota automovilística. Ella no puso la otra mejilla, como cabría esperar, y le pidió que la 'iluminara' proporcionando un apartado falso, pero muy revelador de la opinión que le merecía. La sueca le dio la dirección 'smalldickenergy&getalife,com', algo así como energíadelpene pequeño@pillaunavida.com. Ahí, donde más le puede doler a un tipo empeñado en hacer ostentación de su virilidad.
El pulso con la ecologista tuvo lugar cuando Andrew Tate ya residía en Rumanía, país al que emigró en 2017 alegando que la corrupción que padece aquella ex-república comunista le permitiría un gran margen de maniobra. Evidentemente, no fue la mejor campaña de relaciones públicas y cabe pensar que las altas instancias se la tenían jurada. Así que cuando la embajada estadounidense denunció que una compatriota se hallaba retenida en su mansión de Bucarest, la Policía local allanó la residencia. El pasado 30 de diciembre lo detuvo junto a su hermano Tristán y otras dos personas, y procedió a la incautación de once coches tan exclusivos como un 'Roll Royce Wraith' o un 'Aston Martin Vanquish S Ultimate'.
La explotación de mujeres para crear contenidos pornográficos es el delito que se les imputa. Las autoridades les atribuyen la creación de una banda de crimen organizado que engañaba a mujeres, e incluso las violaba, para proporcionar material a una webcam para adultos. Y los tribunales han decretado su arresto preventivo al menos hasta finales de este mes.
El tiktoker, instagramer e influencer súbitamente caído en desgracia acudió a la Corte rumana con un Corán bajo el brazo, ya que se ha convertido al Islam y un vídeo lo mostraba rezando en una mezquita de Dubai a la que acudió con su jet privado. Sus últimos comentarios apelan a la resiliencia mental, que confiesa tener bien entrenada, y a la fortaleza contra los pensamientos negativos.
El drama del hipermusculado Tate ha tenido un curioso giro final. Se ha propagado el rumor de que fue localizado porque colgó una grabación en la que mostraba unas cajas procedentes de una pizzería de la capital rumana que facilitaron su localización, aunque la Policía local lo ha negado. Greta Thunberg no ha desaprovechado la ocasión y ha alegado que esto le sucedió por no abandonar los envases en el preceptivo contenedor. En fin, lo llaman justicia poética y también ha llegado a las redes.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Alfonso Torices (texto) | Madrid y Clara Privé (gráficos) | Santander
Sergio Martínez | Logroño
Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.