Imágenes del flujo sanguíneo cerebral en individuos comparados por su grasa corporal y otros marcadores metabólicos, para relacionarlos con las proteínas características del alzhéimer. Instituto Mallinckrodt de Radiología (MIR)

El alzhéimer se puede predecir 20 años antes de los síntomas midiendo la grasa oculta

La futura demencia se podría detectar a partir de los 40 años, según un estudio presentado en la reunión anual de la Sociedad Radiológica de Estados Unidos

Lunes, 2 de diciembre 2024

Mucho antes de que aparezcan los primeros síntomas de alzhéimer se podría saber si un individuo padecerá ese tipo de demencia, midiendo un tipo específico de grasa corporal que está relacionado con las «proteínas anormales características» de la enfermedad. La grasa asociada a la demencia ... es la conocida como «visceral», que es la «grasa oculta en las profundidades que rodea los órganos», según un estudio del Instituto Mallinckrodt de Radiología (MIR) de la Universidad de Washington, Estados Unidos.

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Los investigadores analizaron varios marcadores, como el índice de masa corporal, la grasa visceral, la grasa subcutánea, la fracción de grasa hepática, la grasa y el músculo del muslo, la resistencia a la insulina y el colesterol bueno (HDL), con la relación que establecían con dos proteínas características del alzhéimer, conocidas como amiloide y tau, aseguró Mahsa Dolatshahi, autora principal del estudio presentado este martes en la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Radiología, celebrada en Chicago.

El «resultado crucial» podría saberse en la edad mediana de las personas, entre los 40 y los 50 años, «cuando la patología de la enfermedad está en sus primeras etapas y las modificaciones potenciales como la pérdida de peso y la reducción de la grasa visceral son más efectivas como medio para prevenir o retrasar la aparición de la enfermedad». Mientras más grasa visceral, más niveles de las dos proteínas de la demencia.

Con una muestra de 80 individuos con «capacidad cognitiva normal», edad media de 49,4 años, una mayoría de mujeres y más de la mitad obesos, la investigación se centró en el vínculo entre el alzhéimer y los «factores modificables relacionados con el estilo de vida, como la obesidad, la distribución de la grasa corporal y los aspectos metabólicos».

La conclusión fue que había un efecto entre el índice de masa corporal con la acumulación de amiloide, la proteína que identifica el alzhéimer, pero sólo si ese aumento de cintura se debía a la grasa visceral. «Los hallazgos revelaron que los niveles más altos de grasa visceral estaban relacionados con un aumento de amiloide». Al menos en un 77% de los casos. «Otros tipos de grasa no explicaron el aumento de la patología de Alzheimer relacionada con la obesidad», aseguró la autora.

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Insulina y colesterol

Sin embargo, también son marcadores de comenzar a padecer la enfermedad, aunque aún de manera imperceptible, la resistencia a la insulina y un colesterol bueno más bajo, porque con esos factores el nivel de amiloide en el cerebro aumentaba también. Por lo tanto, los investigadores recomiendan «prestar atención a los problemas metabólicos y lipídicos relacionados que a menudo surgen con un mayor nivel de grasa corporal»

A los participantes se les sometió a tomografías por emisión de positrones (PET) cerebral, resonancias magnéticas corporales y evaluación metabólica, con mediciones de glucosa e insulina, análisis de lípidos para detectar colesterol, resonancias magnéticas del abdomen para medir el volumen de la grasa subcutánea y la visceral, que está oculta rodeando los órganos.

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Los resultados son relevantes, aseguraron. «Hasta donde sabemos, nuestro estudio es el único que demuestra estos hallazgos en la mediana edad, cuando nuestros participantes están a décadas de desarrollar los primeros síntomas de la demencia que resulta de la enfermedad de Alzheimer». Otros trabajos ya habían demostrado que el índice de masa corporal alto estaba vinculado al daño de las células del cerebro, pero éste es el primero que lo hace con la grasa visceral y subcutánea y el perfil metabólico en la mediana edad.

El estudio también comparó el flujo sanguíneo cerebral en individuos con grasa visceral y subcutánea alta con los que la tienen baja. El primer grupo mostró un flujo sanguíneo cerebral más bajo. «Revelamos conocimientos clave sobre por qué la obesidad puede aumentar el riesgo de alzhéimer», sentencian los autores.

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