Alerta ante las chinches a diez meses de los Juegos Olímpicos de París

«Las chinches de cama son un problema de salud pública y deben ser así declarados», advirtió Emmanuel Grégoire, número dos del Ayuntamiento de París, en una carta enviada el pasado jueves a la primera ministra Élisabeth Borne. Grégoire, brazo derecho de la alcaldesa de París Anne Hidalgo, pidió al Estado que reúna «urgentemente a los actores implicados con el fin de elaborar un plan de acción a la altura de esta plaga cuanto toda Francia se prepara a acoger los Juegos Olímpicos y Paralímpicos en 2024». «No hay razón para caer en la psicosis, pero hace falta coordinarse, actuar rápido y de forma eficaz para evitar que la propagación se desarrolle», recomienda el número dos del Ayuntamiento de París.

Aunque no cree que los Juegos Olímpicos de París 2024 estén en peligro por las chinches de cama, Grégoire pide al gobierno francés que ponga en marcha una campaña de prevención y que asuma los costes de tratamiento contra estos insectos en los hogares más modestos, tal y como ya hace al Ayuntamiento de París. Ante la alarma social creada en Francia por las chinches, el ministro francés de Transporte, Clément Beaune, anunció que reunirá esta semana a los responsables de transportes para «informales sobre las medidas adoptadas y hacer mucho más al servicio de los viajeros. Para tranquilizar y proteger».

Entre 2017 y 2022, uno de cada diez hogares franceses se vio infestado por chinches de cama, según un informe de la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria de la Alimentación, el medioambiente y el trabajo (Anses), publicado el pasado julio. Prácticamente desaparecidas en los años 50, las chinches de cama reaparecieron en los años 90, según la prensa francesa. «El recrudecimiento de las plagas de chinches de cama constatado en los últimos años se deben al auge de los viajes y a una resistencia creciente de las chinches a los insecticidas», señala el informe.

Aunque estos insectos, del tamaño de la pepita de una manzana, no transmiten enfermedades, se alimentan de la sangre y pueden provocar urticaria. «Su presencia puede tener efectos psicológicos e impactar el bienestar de las personas víctimas de infección en su domicilio», advierte esta agencia pública. Limpiar un hogar de chinches cuesta en Francia 886 euros de media por hogar, según Anses, que recomienda a los particulares y a los profesionales «privilegiar los métodos de lucha alternativos a los insecticidas químicos».